Entrevista con Raimond Torrents

Event Management Institute

Raimond Torrents

Event Management Institute

Fundador y socio

Raimond Torrents Fernández es un experto en organización de eventos y comunicación en vivo. Licenciado en Ciencias Empresariales y MBA por ESADE, fundó el Event Management Institute, dedicado a la investigación en la industria MICE. Activo en el campo desde 1987, publicó en 2005 “Eventos de Empresa. El poder de la comunicación en vivo”, actualizado en 2019.

Ha dirigido numerosos eventos nacionales e internacionales a través de Compañía de Actos Singulares y Torrents & Friends. Jurado en premios como EIBTM Emporia y Eventoplus, y colaborador en publicaciones de marketing, Torrents también es profesor y conferencista en diversas universidades españolas.

En 2013 presentó su libro “Creations and Design of Events” en Shanghai. Desde 2016, lidera investigaciones sobre audiencias en eventos, resultando en el libro “Así hablan las paredes” (2023). Desde 2018, dirige “Dones i Events” en el Centro Penitenciario de Mujeres de Barcelona, para empoderar a internas a través de la organización de eventos.

Desde su perspectiva, ¿cómo ha evolucionado la industria de los eventos en las últimas dos décadas y cuáles han sido los cambios más significativos que ha presenciado?

La revolución digital vivida en los últimos 20 años ha supuesto un cambio importante en las herramientas disponibles para organizar eventos. La irrupción de las redes sociales como medios de comunicación masivos y fácilmente segmentables, ha alterado tanto la forma de comunicar los eventos como de relacionarse con sus públicos. Las innovaciones tecnológicas asociadas a la revolución de las TIC, ha abaratado la producción audiovisual (fundamental para lograr altos niveles de calidad con presupuestos sostenibles), ha aportado nuevas formas de participación de los públicos, ha facilitado el control de los flujos de público en el evento (registro, entradas y salidas,...) y ha abierto la puerta, a partir de aplicaciones como Zooom  o Meet a la hibridación de determinados eventos que hoy permiten a sus audiencias tanto la asistencia presencial como remota.

Por si todo ello pareciese poco, hoy llega una nueva y espectacular revolución tecnológica que, aun solapándose con la anterior (la de internet), promete cambiar la forma de trabajar de una manera importante: la inteligencia artificial. La IA ya está aquí y, aún estando en un período inicial, empieza a ser relevante en muchos de los procesos que supone la organización de eventos como la creatividad (tanto texto como imagen), la gestión de invitados, la estandarización de procesos de producción, el control de la comunicación con los asistentes, etc.

Estamos viviendo un momento apasionante para el sector. Si bien es cierto que el directo, la principal herramienta de nuestra industria, es un medio eminentemente analógico, también lo es que algunos de los procesos que implican la producción de cualquier evento pueden verse simplificados en gran medida con la aplicación de la IA. En definitiva, cambian las herramientas pero sobrevive, más fuerte que nunca, la necesidad de disponer de canales de comunicación presenciales, cara a cara, como los eventos, tan antiguos pero, a su vez, tan imprescindibles como hace más de 5.000 años.

Más allá de la tecnología, los últimos 20 años han sido los años de la profesionalización. A principios de este milenio, la formación en eventos era difícil de encontrar y, en muchos casos, de una calidad más que dudosa. El crecimiento del sector a nivel global y la relevancia del factor humano como elemento clave en las organizaciones (que la pandemia del COVID 19 puso de manifiesto), han hecho de los eventos una herramienta de comunicación estratégica que ha pasado de ser considerada un gasto a ser claramente una inversión. Esta necesidad de obtener una rentabilidad de los eventos ha impuesto nuevas herramientas de evaluación que permiten medir sus resultados y ha hecho patente la necesidad de una formación más rigurosa, más especializada y más amplia en lo que respecta a nuevos campos del conocimiento (psicología, comunicación persuasiva, finanzas o neuromarketing, por poner unos ejemplos).

La sostenibilidad es un tema candente en muchos sectores, incluyendo el de los eventos. ¿Qué prácticas sostenibles se están adoptando en la industria y cómo pueden las organizaciones implementarlas de manera efectiva?

No quiero pecar de pesimista, pero hoy la sostenibilidad en eventos sigue siendo un caballo de batalla que el sector aun no ha sabido gestionar. La sostenibilidad en el mundo de lo efímero no es un desafío sencillo de solucionar. Desgraciadamente, el evento más sostenible es el que no se hace, pero hacer eventos, participar en ellos, es consustancial con el carácter social del ser humano. Reunirse es clave para sobrevivir, para innovar, para “engrasar” el engranaje humano de una organización, para compartir, para informar, para celebrar... No hacer eventos no es una opción. A partir de aquí, la sostenibilidad pasa por ser muy conscientes de la huella ecológica que dejamos, poder medirla y establecer acciones que la compensen o reduzcan en lo posible. La selección de materiales y su reutilización han de minimizar la necesidad del reciclado (que también consume recursos), las organizaciones del sector deben vigilar el alarmante crecimiento del greenwashing porque la sostenibilidad no debe ser solo un elemento de imagen de cara al exterior, sino que debe ser un must de cualquier evento, como lo es un bonito escenario o un equipo de sonido adecuado.

En el Event Management Institute, se dedican a formar a futuros profesionales de la gestión de eventos. ¿Qué habilidades y conocimientos considera esenciales para alguien que quiera dedicarse a este campo?

En Event Management Institute nos dedicamos a investigar en el campo de lo que llamamos MICE Intelligence o, lo que es lo mismo, el conocimiento que hay detrás de cualquier proceso de comunicación persuasiva presencial. En eventos nos dedicamos a tratar de influir en nuestras audiencias para generar actitudes y comportamientos favorables al mensaje ofrecido. Ello debe suponer conocer perfectamente cómo funciona el proceso de comunicación en un evento, cómo se persuade, cómo se motiva, cómo se incide en el nivel de participación de la audiencia, etc. Todo ello hace imprescindible que las ciencias del comportamiento (psicología, sociología, antropología...), aquellas que estudian como se generan las conductas, sean dominadas por el Event Planner. 

Por otro lado, el profesional de los eventos debe ser capaz de tener una visión global del evento. El detalle es importante pero la visión general también. La gestión de proyectos (muy estudiada en el campo de la ingeniería), la gestión y dirección de equipos de trabajo (sin trabajo en equipo no hay evento) y una buena dosis de habilidades blandas (creatividad, empatía, pensamiento crítico, liderazgo, gestión del stress...) son también imprescindibles para un trabajo muy exigente que, en general, se realiza bajo mucha presión (el tiempo limitado, el presupuesto finito, el cliente nervioso, las circunstancias de la producción...).

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta actualmente la industria de los eventos y cómo sugiere que se aborden?

Sostenibilidad, investigación y evaluación de resultados. 

La sostenibilidad ya no es una opción. Ser sostenibles, minimizar la huella ecológica, ser inclusivos, aportar valor a la comunidad que acoge los eventos... es un desafío para nuestra industria como lo es para cualquier otra con la diferencia de que nosotros, la industria de la comunicación presencial efímera, debemos gestionar recursos de un solo uso que, sin un plan de sostenibilidad detrás, tienden a generar una mayor cantidad de residuos. Reducir al máximo la huella de carbono es clave, compensar aquella parte que no hemos podido evitar mediante proyectos ambientales, empieza a ser imprescindible.

Sin investigación no hay innovación y el sector de los eventos casi no investiga. Un porcentaje altísimo de los estudios que se publican en el sector son el resultado de encuestas entre los mismos participantes de la industria, encuestas endogámicas que ayudan a dimensionar la industria y el perfil de sus participantes pero que aportan muy poco en la mejora del proceso de comunicación y persuasión que pretenden los eventos. ¿Cómo motivamos? ¿Cómo persuadimos? ¿Cómo influye el contexto en el proceso de comunicación? ¿Cómo afecta el sesgo cultural al comportamiento del público de un evento? ¿Por qué hay destinos adecuados para un evento y no para otros? ¿Qué papel juegan las emociones en la comunicación presencial? Tenemos las preguntas pero nos faltan muchas respuestas, respuestas que, en muchos casos, podemos encontrar en el mundo de la psicología o la sociología. Solo hace falta que alguien se ponga a trabajar en ellas y las difunda.

El tercer gran reto del sector es la evaluación de resultados. Teóricamente todos medimos los resultados de nuestros eventos (es lo que decimos todos) pero la realidad muestra que una gran parte de las evaluaciones posteriores a un evento son el resultado de una encuesta de satisfacción que mide cuestiones más relacionadas con el confort o el bienestar del público que con los objetivos planteados para el evento. 

Disponemos desde siempre de las tradicionales técnicas de investigación de mercados (cualitativas o cuantitativas) que nos permiten medir resultados incluso de aquellos aspectos que no permiten la medición del ROI (motivación, sentimiento de pertenencia, imagen de marca...). Por otra parte, hoy, las herramientas de neuromarketing (eye tracking, electroencefalograma, respuesta galvánica de la piel, reconocimiento facial...) nos permiten evaluar elementos clave de los eventos antes, durante y después del propio evento, con unos niveles de fiabilidad muy altos.

En su opinión, ¿cuáles son algunas de las innovaciones más emocionantes en la gestión de eventos que hemos visto recientemente?

En mi opinión y con mucha diferencia, la Inteligencia Artificial (IA) es la innovación tecnológica que más va a alterar los procesos de creación y producción de los eventos. La posibilidad de contar con este nuevo aliado llamado IA supone la posibilidad de automatizar y agilizar gran cantidad de procesos desde la propia creatividad, a la gestión de invitados o las herramientas de planificación. El profesional de los eventos, ante la irrupción de la IA, debe reconvertirse. En el mundo de la IA ya no vale ser un mero ejecutor de procesos, hay que saber hacer las preguntas adecuadas al sistema para que este nos ayude con soluciones sencillas que aporten valor al diseño de nuevos eventos más eficaces y rentables.

La pandemia de COVID-19 impactó significativamente la industria de los eventos. ¿Cómo ha cambiado la forma en que se organizan los eventos desde entonces y qué medidas se han adoptado para adaptarse a esta nueva realidad?

El COVID 19 generó un gran cambio en las formas de comunicarse entre personas. El aislamiento forzoso de la pandemia provocó un aprendizaje colectivo y muy rápido de nuevos sistemas digitales de comunicación de la mano de Zoom, Meet y tantos otros. De repente, tras la pandemia, amplios sectores de la población dominan este tipo de formas de comunicación que abren la puerta a hibridar determinados eventos, como congresos u otros actos de formación, con el importante incremento de ingresos que esta nueva vía puede aportar a los organizadores. La participación en remoto de ponentes de alto nivel ayuda también a eventos de presupuesto ajustado que, de otra forma, no podrían acceder a determinados ponentes por el alto coste de sus viajes y la cantidad de tiempo que estos ocupan a sus protagonistas.

Más allá del aprendizaje masivo de estos sistemas de comunicación colectiva (lo que yo llamo “efecto Zoom”), la pandemia supuso una auténtica “prueba ácida” para las organizaciones que vieron como no podían reunir a sus equipos de forma presencial y descubrieron (o, mejor, redescubrieron) la importancia vital que tiene la comunicación presencial en las organizaciones. El efecto directo de ello es el aumento del número de eventos presenciales y la disminución drástica de las reuniones meramente operacionales que han sido sustituidas por reuniones online de eficacia similar y costes mucho más bajos.

¿Qué tendencias anticipa para el futuro de la gestión de eventos en los próximos cinco a diez años?

Aquí la IA vuelve a ser la protagonista. ¿se imagina una convención en la que, como clausura,  proyectamos un capítulo de Star Trek en el que los protagonistas de la serie se mezclan con los vendedores de nuestro equipo comercial y el argumento hace referencia a las consignas presentadas durante el evento?  Mañana hacer esto será muy fácil. 

Cuesta imaginar las posibilidades casi infinitas que puede aportar la IA. En cualquier caso, en nuestro sector, la presencia humana nunca podrá sustituirse totalmente por la IA. La comunicación presencial es una herramienta enteramente analógica en la que las emociones, el estado de ánimo, el entorno físico y geográfico o el contexto cultural, son clave para la comunicación y necesitan de la interpretación humana para poder empatizar correctamente con la audiencia y diseñar los estímulos adecuados que hagan del evento un acto de comunicación eficaz y rentable.

¿Podría compartir algunos ejemplos de eventos exitosos organizados por usted o su equipo que destaquen por su creatividad o ejecución?

Para la fusión de dos redes de ventas que hasta ayer competían “a muerte” y mañana serían un solo equipo (por la fusión de las dos empresas) nos encargaron la organización de una convención que transformase dos equipos “enemigos” en un solo equipo motivado y “muy amigo”. El desafío era grande porque eso de “enemigos” era bastante cierto y los recelos estaban a la orden del día. ¿Qué hicimos? Elegir un destino que uniese. ¿Cuál? Marrakech (Marruecos). ¿Por qué? Marrakech estaba cerca de España (origen de los asistentes) y, sobre todo, era un destino exótico, muy diferente a nivel cultural y desconocido para casi todo el publico. ¿Qué sucede en los destinos de este tipo? El desconocimiento de la cultura local y las grandes diferencias con respecto a los lugares de origen (arquitectura, clima, forma de vestir, idioma...) hacen que, de forma no consciente, los invitados (al inicio muy prudentes con el destino) tiendan a crear su propia zona de confort manteniéndose unidos y compartiendo las sorpresas del viaje. Si a esta tendencia a estar juntos voluntariamente le unimos actividades “emocionantes” en las que mezclamos a ambos equipos, la experiencia compartida genera lazos que superan las reticencias iniciales. Tras tres días de convención con poco trabajo en sala plenaria y mucha actividad por equipos, el público asumió de una manera muy natural la presencia de sus antiguos competidores. Descubrieron el lado humano de esos supuestos “enemigos” que, compartiendo emociones, pasaron a ser los nuevos y queridos compañeros de trabajo. La trasformación fue brutal. ¡Un gustazo!

Además de las habilidades técnicas, ¿qué competencias blandas considera cruciales para un gestor de eventos eficaz?

El nuestro es un sector en el que las habilidades blandas son tan importantes como los conocimientos técnicos o la formación reglada tradicional. Particularmente creo necesario desarrollar habilidades en gestión del tiempo, motivación, resolución de problemas, adaptabilidad, habilidades de comunicación, pensamiento creativo, ética de trabajo, trabajo en equipo, liderazgo, positivismo... 

El Tourism and Society Think Tank es un gran espacio de colaboración y generación de redes, en este sentido, ¿qué importancia tiene la creación de redes y la colaboración en la industria de los eventos, y cómo puede un profesional del sector mejorar en estas áreas?

La co-creación, la coproducción, la colaboración entre empresas u organizaciones es una tendencia creciente que poner en valor la especialización y permite a los organizadores utilizar en cada evento aquellos recursos que considera mejores para su éxito. Crecer en ese ecosistema no debe ser solo el resultado de un mayor éxito comercial sino el del aprendizaje que comporta colaborar (y aprender) cada día con los mejores. Hoy, los “llaneros solitarios” del sector tienen los días contados. Es difícil, si no imposible, ser el mejor en todo. Colaborar con aquellos que nos pueden ayudar a ser mejores es una tendencia que solo puede ir a más.

Cada cliente tiene necesidades y expectativas diferentes. ¿Cómo aborda usted la personalización de los eventos para satisfacer las expectativas únicas de cada cliente?

Hay que conocer al cliente y a su audiencia al máximo. Solo así seremos capaces de establecer ese lenguaje que permita una comunicación notoria, memorable y persuasiva. El propio cliente debe aportar al organizador datos precisos sobre la propia empresa, sus marcas, su cultura y el perfil de la audiencia, su nivel socioeconómico, sus intereses, sus inquietudes, sus prejuicios... si no disponemos de la información adecuada debemos estudiar al público a través de las múltiples técnicas que la investigación de mercados nos ofrece. Diseñar un evento sin conocerlo todo sobre el cliente es jugar a la ruleta rusa, los eventos son una herramienta muy eficaz pero también muy peligrosa si no hacemos un uso correcto de ella.

La ética es fundamental en cualquier profesión. ¿Qué principios éticos considera más importantes en la gestión de eventos y cómo los promueve dentro de su organización?

La ética es clave y, dentro de esa ética, la honestidad y la transparencia en el trabajo son fundamentales para la gestión de eventos. Los eventos son la más poderosa y eficaz herramienta de comunicación que poseen las organizaciones pero, aún así, los eventos no son todopoderosos. El buen gestor de eventos ha de saber decir no. Hay cosas que no se pueden conseguir con eventos y hay eventos que no pueden cumplir con múltiples objetivos a la vez. Hay que ser objetivos y saber priorizar y para ello, el profesional de los eventos es clave. Él sabe hasta dónde se puede llegar y hasta dónde no. 

Por otro lado, ya en el plano interno de una empresa de organización de eventos, el trabajo en equipo es fundamental y, como tal, la circulación de información actualizada entre los diferentes miembros del equipo es importante para cumplir con los plazos que el evento impone y, más importante, para poder detectar los problemas que el proceso de la producción aflora y enfrentarnos a ellos con el máximo de tiempo y la tranquilidad que precisa cualquier ejercicio de reflexión y toma de decisiones. Lo dicho honestidad y transparencia.

Finalmente, ¿qué consejo le daría a los emprendedores que desean lanzar su propia empresa de gestión de eventos?

Mi primer consejo es que empiecen a organizar eventos desde una empresa que se dedique profesionalmente a ello. La práctica es clave y nadie contrata profesionales inexpertos.

El mundo de los eventos es un mundo muy atractivo visto desde fuera. Desde dentro es otra cosa. Organizar eventos supone trabajar casi siempre bajo presión y gestionar esa presión ni es fácil ni está al alcance de todos los perfiles. Trabajar para terceros, más allá del aprendizaje imprescindible que supone, implica también conocer de cerca esa presión, aprender a gestionarla y aprender a motivar y a automotivarse y descubrir si esa “locura” que supone trabajar en un sector donde los horarios son casi siempre teóricos, deviene en una pasión que nos seduce para el resto de nuestra vida profesional o nos hace replantear nuestra vocación. 


Agradecemos a Raimond Torrents por compartir su valiosa experiencia. Su pasión por la gestión de eventos y su liderazgo en el Event Management Institute han profesionalizado un sector crucial para la comunicación moderna. Su visión sobre la industria y las innovaciones emergentes es vital para quienes buscan destacar. La gestión de eventos, una combinación de arte y ciencia, influye en marcas y crea experiencias memorables. Agradecemos su contribución e inspiración para la próxima generación de profesionales.

Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.

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