Antártida: Turismo en auge, ecosistema en riesgo

09-05-25

​​La Antártida, antaño un santuario de investigación científica y vida salvaje inalterada, enfrenta una presión sin precedentes debido al auge del turismo. Durante la temporada 2023-2024, más de 125,000 personas visitaron el continente blanco, duplicando las cifras de hace cinco años. Este incremento exponencial plantea serias preocupaciones sobre el impacto ambiental y la falta de regulaciones vinculantes que protejan este frágil ecosistema. 

La mayoría de los visitantes llegan a bordo de cruceros, con aproximadamente 80 embarcaciones recalando en las costas antárticas cada temporada. Aunque existen directrices voluntarias emitidas por la Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la Antártida (IAATO), la ausencia de una legislación internacional estricta deja la gestión del turismo en manos de la autorregulación y la conciencia de los operadores.

El impacto ambiental del turismo en la Antártida es multifacético. Las emisiones de carbono de los cruceros contribuyen al calentamiento global, acelerando el deshielo de los glaciares. Además, la presencia humana facilita la introducción de especies invasoras y altera el comportamiento de la fauna local, como los pingüinos y las focas. Investigaciones recientes han detectado la presencia de gripe aviar en colonias de pingüinos, posiblemente introducida por visitantes humanos.