Además, se han programado reservas para grupos de peregrinos y culturales a partir de marzo y junio, respectivamente, preparando a Notre Dame para recibir a una multitud diversa de visitantes. Josse subrayó la monumental tarea de manejar las expectativas de asistencia, anticipando un salto de los tradicionales 10 a 11 millones de visitantes anuales a unos impresionantes 15 millones, equivalentes a unos 40,000 visitantes diarios. Este aumento significativo plantea desafíos logísticos, aunque la catedral está equipada para manejarlo, estableciendo un límite de 25 visitantes por grupo y haciendo obligatorio el uso de audífonos para evitar disturbios durante las visitas.

La política de acceso incluye restricciones como la prohibición de entrada a grupos durante los servicios religiosos y en horarios específicos del fin de semana, mientras que se implementarán colas electrónicas para los visitantes individuales, facilitando así una experiencia de visita más organizada y respetuosa.

El proceso de reapertura comenzará con actividades ceremoniales el 7 de diciembre, seguidas de un periodo de acceso público preliminar del 10 al 15 de diciembre, especialmente dedicado a aquellos que han contribuido al proyecto de restauración. Josse elogió el esfuerzo de restauración, destacando que la catedral ha sido "bellamente restaurada por dentro", aunque señaló que el trabajo en el exterior continuará hasta 2028.

Esta fase de reapertura de la Catedral de Notre Dame no solo marca un momento de celebración y renacimiento cultural para París y Francia sino que también representa un testimonio de la resiliencia y el compromiso global con la preservación del patrimonio. La catedral, con su renovada belleza y estructura, está lista para volver a ocupar su lugar como un sitio de importancia histórica y espiritual, acogiendo a visitantes de todo el mundo para compartir su legado renovado.