Se examinaron los datos de cuatro categorías: liderazgo gubernamental y su compromiso con el sector de los viajes (25% de ponderación); percepción global (20%); identidad y seguridad, que incluye los tiempos de espera de los visados y los programas de autorización acelerada para viajeros de bajo riesgo (35%); y conectividad de los viajes, que incluye las llegadas internacionales y el acceso a los vuelos (20%).
El resultado
En todas las categorías y entre 18 países, EE.UU. se situó en el puesto 17. El Reino Unido ocupó el primer puesto. Los países con mejores resultados fueron el Reino Unido y Francia.
El sector chino de los viajes ocupa el último lugar, el 18º. Este dato no sorprende tanto si se tiene en cuenta que la reactivación del turismo en China lleva mucho tiempo retrasada; las rutas aéreas hacia ese país siguen siendo escasas. Por encima de Estados Unidos en el rendimiento global del sector turístico se situaron países como Arabia Saudí, en el puesto 13, cuya economía turística sigue siendo incipiente, y Turquía, que ocupó el tercer lugar a pesar de las tensiones políticas y las catástrofes naturales del año pasado.
El estudio confirma que el sector turístico estadounidense es menos moderno y eficaz que el de sus competidores -tanto los ya establecidos como los emergentes-, según US Travel, una organización sin ánimo de lucro que aboga en nombre del sector turístico del país.
"Esto debería ser una llamada de atención. Ver a EE.UU. en el puesto 17 de una lista de 18 de los principales mercados de viajes es revelador, asombroso y descorazonador", declaró Geoff Freeman, director ejecutivo de US Travel, durante una rueda de prensa en la que se detallaron los resultados del estudio. "Es el tipo de cosa que debería obligar a la gente del Capitolio a hacerse algunas preguntas muy importantes".
Freeman subrayó que la cuota de Estados Unidos en el mercado turístico mundial ha disminuido desde 2019, mientras que sus competidores consiguen aumentar la suya.
Los sombríos hallazgos de Euromonitor International, completados inicialmente en otoño de 2023, no se publicaron hasta ahora. Fueron revelados por US Travel como la motivación para crear una nueva Comisión para Viajes Seguros y Sin Problemas, que también anunció el 11 de enero.
La comisión, cuya primera reunión oficial tendrá lugar el 1 de febrero, está presidida por Kevin McAleenan, antiguo Secretario en funciones de Seguridad Nacional. Cuenta con 12 expertos del sector privado y de la Administración (a los que se sumarán otros), entre los que figuran antiguos dirigentes del Departamento de Seguridad Nacional, la Administración de Seguridad en el Transporte y el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, además de antiguos embajadores estadounidenses.
El grupo se encargará de escuchar a las partes interesadas del sector turístico que representan a los distintos segmentos de miembros de US Travel, como los principales ejecutivos hoteleros, los propietarios de pequeñas empresas y los operadores de aerolíneas y aeropuertos. A continuación, creará soluciones para que los responsables políticos modernicen los viajes estadounidenses en todos los ámbitos y aborden los problemas que afectan al sector.
Hasta ahora, el estudio de Euromonitor ha ayudado a identificar varias áreas prioritarias, según US Travel, entre ellas las aduanas, los controles de pasajeros de la TSA y la tramitación de visados. Freeman explica a Bloomberg en una entrevista que presentará una serie de recomendaciones en otoño.
Lo que está en juego es la estabilidad de la economía de los viajes en Estados Unidos, que en 2022 acumuló 1,2 billones de dólares en gastos de visitantes nacionales e internacionales. Según otro informe de la empresa de estudios de mercado Tourism Economics publicado en diciembre de 2023, si no se mejora el anticuado proceso de control de la TSA, los viajeros estadounidenses podrían renunciar a 3 millones de viajes nacionales al año, lo que supondría una pérdida de 7.400 millones de dólares en gastos este año. Otros 150.000 millones de dólares podrían perderse en los próximos 10 años debido a los excesivos tiempos de espera para la obtención de visados.
