Notre-Dame de París rompe récords de visitas

28-12-25

La emblemática catedral de Notre-Dame de París concluye el año 2025 reafirmando su lugar como el monumento más visitado de la capital francesa, exactamente un año después de haber reabierto sus puertas tras la devastación ocasionada por el incendio de 2019. Desde su reapertura oficial el 7 de diciembre de 2024, la histórica basílica ha recibido a más de 11 millones de visitantes procedentes de los cinco continentes, superando ampliamente las cifras registradas antes del siniestro y consolidándose como el principal imán turístico de la Ciudad de la Luz.

Las cifras recopiladas por los gestores del monumento señalan un incremento de aproximadamente 30 por ciento en comparación con la afluencia anual previa al incendio, que alcanzaba alrededor de nueve millones de visitantes. Con ese volumen de visitas acumuladas en apenas doce meses, Notre-Dame ha superado a otros símbolos icónicos de París, incluyendo el museo del Louvre, la Torre Eiffel y el palacio de Versalles, tradicionalmente entre los más concurridos de Francia.

El flujo diario de personas que atraviesa la portada gótica de la catedral se sitúa en promedio entre 30 000 y 35 000 visitantes, cifras que reflejan el renovado atractivo cultural y espiritual del sitio. Esta afluencia ha sido impulsada no solo por el interés turístico general, sino también por un resurgimiento de actividades religiosas y de peregrinación que han reforzado la relevancia de Notre-Dame como destino de múltiples motivaciones.

La reapertura de Notre-Dame fue el resultado de un monumental esfuerzo de restauración que duró más de cinco años y requirió una inversión estimada en cientos de millones de euros, financiados principalmente a través de donaciones internacionales y fondos públicos. Aunque todavía restan trabajos específicos por completar —incluyendo la restauración de algunos vitrales, la sacristía y el chevet— la catedral ya muestra partes significativas de su estructura interna recuperadas, con muros que exhiben tonalidades próximas a su estado original y un sistema de iluminación modernizado que realza su arquitectura gótica.

El templo no ha recobrado únicamente su valor arquitectónico; también ha revitalizado su papel como centro de culto activo. Durante este primer año tras la reapertura se han celebrado más de mil seiscientos actos litúrgicos, incluyendo misas solemnes, celebraciones festivas y eventos de gran relevancia institucional. Asimismo, se han registrado cientos de peregrinaciones organizadas por diócesis y grupos religiosos de todo el mundo, lo cual ha contribuido a diversificar el perfil de visitantes y ampliar la dimensión espiritual del monumento.

Entre las piezas de mayor interés que actualmente se exhiben en Notre-Dame se encuentra la reliquia de la Corona de Espinas, una de las más veneradas por los fieles y que ahora goza de mayor visibilidad al ser expuesta regularmente, ampliando la experiencia religiosa y cultural para quienes la visitan. Además, hasta febrero de 2026, los visitantes pueden contemplar un Belén provenzal de gran formato con más de cincuenta figuras, que ha añadido un atractivo adicional durante la temporada navideña.

La relevancia de estos datos va más allá del ámbito estrictamente local. París, gracias a su patrimonio monumental y al flujo internacional de turistas, sigue posicionándose como uno de los destinos más atractivos del planeta, aportando significativamente al sector turístico francés, que en años recientes ha experimentado importantes crecimientos y ha mantenido a Francia como uno de los países más visitados del mundo. La extraordinaria acogida que ha tenido la catedral de Notre-Dame tras su restauración se interpreta además como un símbolo de resiliencia cultural y un motor de la industria turística europea.

Con la mirada puesta en los próximos años, las autoridades culturales y eclesiásticas prevén que la catedral no solo mantenga cifras elevadas de visitantes, sino que continúe consolidándose como un referente de patrimonio universal, testimonio vivo de la historia de Francia y un imán para quienes buscan experiencias que combinen arte, fe e historia.

Este éxito de Notre-Dame de París no solo marca un hito en la recuperación posterior al incendio, sino que también representa un punto de inflexión en la narrativa del turismo patrimonial global, subrayando la importancia de invertir en la conservación del patrimonio cultural como medio para fortalecer la identidad, atraer visitantes y fomentar el diálogo entre culturas.

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