Grecia cierra el paso al asilo este verano

17-07-25

El Gobierno de Grecia ha decidido suspender temporalmente, durante los meses de julio, agosto y septiembre, el examen de solicitudes de asilo de personas que lleguen por mar desde el norte de África, una resolución aprobada por el Parlamento con 177 votos a favor y 74 en contra. La medida, anunciada en plena temporada turística y con la isla de Creta al borde de colapsar, busca contener el impacto de un flujo migratorio que alcanzó hasta 1.000 llegadas diarias . Pese a su contundencia, la disposición ha desatado críticas generalizadas y preocupaciones en la comunidad internacional.

En los últimos meses, el aumento de migrantes provinentes de Libia ha saturado los centros de recepción en Creta. Según datos oficiales, tan solo en la primera mitad de julio se contabilizaron más de 2.000 nuevas llegadas. Atenas, en respuesta, ha anunciado la instalación de centros cerrados en la isla y el traslado de cientos de personas al continente, incluyendo Pireo y Lavrio, para aliviar la presión sobre la infraestructura local.

El primer ministro Kyriakos Mitsotakis defendió la decisión como un acto urgente frente a una situación de emergencia, declarando que “el paso a Grecia está cerrado” y advirtiendo a las redes de tráfico de personas que esta ruta no resulta rentable. También informó a la Comisión Europea sobre la medida y anunció contactos con Libia para detener el flujo en origen, así como planes para construir una nueva instalación de retención en Creta.

Por su parte, el ministro de Migración Thanos Plevris describió el fenómeno como una invasión y declaró que las personas que ingresen sin autorización serán detenidas, subrayando su intención de penalizar a quienes opten por permanecer en territorio griego tras haber arribado de forma irregular. La retórica ha sido calificada de militarizada, con referencias a una invasión o “guerra híbrida” .

La reacción internacional no se ha hecho esperar. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) advirtió que impedir el acceso al asilo constituye una violación del derecho internacional y enfatizó que la protección de quienes lo requieren no puede ser suprimida, aunque se reconozca la necesidad de gestionar flujos migratorios . El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Michael O’Flaherty, señaló que la medida podría exponer a las personas a torturas u otras violaciones graves, recordando que Grecia está obligada por convenciones internacionales a respetar el principio de no devolución.

Organizaciones como Human Rights Watch consideran la suspensión una acción ilegal y peligrosa. En su último informe advierten que retornos rápidos y no registrados conllevarían un grave riesgo para los migrantes, además de infringir el derecho comunitario de la UE . ONG como International Rescue Committee han calificado la política como inhumana y exhortan a Grecia a garantizar las garantías legales mínimas.

Aunque algunos críticos señalan que el aluvión de llegadas no se compara con la crisis de 2015, cuando millones arribaron a Grecia, el índice actual —más de 10.000 en lo que va de 2025, frente a 5.000 en todo 2024— sí ha tensionado gravemente la capacidad local . Esta situación ha provocado protestas de la población cretense y ha puesto en evidencia la insuficiencia de los alojamientos temporales, como centros de convenciones adaptados y barcos de emergencia .

Mientras el gobierno apela a cerrar rutas migratorias y aplicar sanciones, diversos análisis jurídicos sostienen que una suspensión tan amplia del derecho de asilo carece de fundamentos constitucionales y contraviene los estándares europeos. La Comisión Europea, sin embargo, mantiene un perfil bajo al no llevar a Grecia ante el Tribunal de Justicia de la UE, lo que genera inquietud sobre posibles lagunas supervisión .

Este delicado escenario plantea un dilema central: cómo balancear la protección del sistema turístico en plena temporada alta —Grecia espera recibir más de 28 millones de plazas aéreas— con los compromisos internacionales en materia de derechos humanos. La batalla legal y política que se despliega en Atenas podría marcar precedentes importantes para la política migratoria europea y redefinir el alcance del derecho de asilo en situaciones de presión migratoria masiva.

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