La percepción del todo incluido, antes vista como un producto algo monótono y de gama media, está cambiando de forma sustancial. Los jóvenes viajeros buscan experiencias más auténticas, una oferta gastronómica que supere la tradicional fórmula buffet, entretenimiento innovador, propuestas de bienestar y sostenibilidad, y, sobre todo, una relación calidad-precio que justifique su inversión. Este cambio de expectativas ha obligado a las cadenas hoteleras a repensar sus estrategias, invirtiendo en reformas, digitalización y diversificación de servicios.
En palabras de Carrie Wilder, experta en tendencias de viaje y editora de blogs de viajes y cruceros, la Generación Z busca una mezcla de libertad y conveniencia. “Aprecian la tranquilidad que ofrece un paquete todo incluido, pero también esperan opciones personalizables, contacto con la cultura local y experiencias compartibles en redes sociales”, apunta. Este nuevo enfoque ha generado una transformación profunda en el diseño de la oferta, donde la tecnología juega un papel crucial.
Muchos hoteles han comenzado a incorporar herramientas digitales que permiten a los clientes personalizar su estancia desde el momento de la reserva, elegir actividades y menús desde sus dispositivos móviles, acceder a experiencias exclusivas e incluso interactuar con el personal del hotel vía apps. Además, el contenido generado por los usuarios —fotografías, reseñas, videos— se ha convertido en una potente herramienta de marketing, especialmente efectiva entre los nativos digitales.
Otro factor clave en esta evolución es la creciente conciencia ambiental de los jóvenes viajeros. La sostenibilidad ya no es una opción, sino una expectativa. Los hoteles que adoptan prácticas responsables, como la reducción de plásticos, el uso de energías renovables, el abastecimiento de productos locales o la integración con comunidades cercanas, ganan puntos frente a una generación comprometida con el impacto positivo del turismo.
El auge del todo incluido no se limita a los destinos tradicionales como el Caribe o el sur de Europa. Nuevos mercados están adaptando esta fórmula, buscando captar a un público joven que valora tanto el precio como la experiencia. Las ofertas personalizadas, las estancias híbridas que combinan trabajo remoto con ocio y los paquetes flexibles que se adaptan a diferentes perfiles están marcando la pauta.
Las marcas hoteleras que han comprendido esta transición están liderando el crecimiento del segmento. Lejos de la imagen estandarizada del pasado, los nuevos resorts de todo incluido ofrecen conceptos más abiertos, colaboraciones con chefs reconocidos, zonas de coworking, actividades inmersivas y experiencias centradas en el bienestar físico y emocional. Todo esto sin renunciar a la comodidad y seguridad que caracterizan este modelo.
La Generación Z no solo está redefiniendo cómo se viaja, sino también qué se espera del sector hotelero. Su influencia ha sido decisiva para revitalizar el modelo del todo incluido, que ahora se presenta como una opción moderna, versátil y en sintonía con los valores y aspiraciones de los nuevos viajeros. La industria hotelera, si quiere mantenerse competitiva, deberá seguir adaptándose a un cliente que ya no acepta las viejas fórmulas, sino que exige autenticidad, flexibilidad y propósito en cada escapada.