Estas tareas se realizarán en paralelo con la rehabilitación y expansión de aeropuertos medianos y locales, fortaleciendo la infraestructura con mejoras estéticas, funcionales y tecnológicas.
Entre los proyectos más destacados se encuentran también el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), un referente de diseño moderno, sostenible y funcional, reconocido internacionalmente por su arquitectura, y con proyectos en marcha para ampliar su capacidad actual; y Tulum, cuya nueva terminal aspira a atender a 5,5 millones de pasajeros, articulándose con el tren transpeninsular y fomentando el desarrollo urbano en Quintana Roo. Asimismo, aeropuertos regionales como los de Guadalajara, Querétaro, Tepic y Amado Nervo están en los planes de modernización con ampliaciones de pistas, nuevas terminales y plataformas de contacto que buscan mejorar la eficiencia operativa y responder al crecimiento del tráfico aéreo nacional y de carga.
Esta apuesta multimillonaria responde a una necesidad estructural: México cuenta con una red aérea conformada por 80 aeropuertos, 1.529 aeródromos y 584 helipuertos, soportando un millón de empleos directos en el sector, y afrontando una demanda creciente por viaje tanto dentro como fuera del territorio nacional. Ante este panorama, impulsar la modernización y conectividad se convierte en una estrategia clave para sostener el desarrollo económico, consolidar los flujos turísticos y facilitar el comercio exterior.
La relevancia del plan también radica en la coordinación entre autoridades civiles y militares, como es el caso de la Marina en el AICM, lo que permite acelerar decisiones, mantener la operatividad durante las obras y garantizar impacto ambiental y seguridad sin recurrir al presupuesto federal. Esta colaboración refuerza la imagen institucional, asegurando que las terminales sigan operando mientras se renuevan y pavimentan espacios, lo que resulta esencial para un manejo eficiente del tráfico internacional y para estar preparados frente a grandes eventos.
El efecto esperado va más allá del sector aeronáutico. Remodelar la infraestructura aeroportuaria es un motor de impulso regional, promueve la creación de empleos, dinamiza el turismo y potencia el desarrollo urbano circundante. Además, al modernizar aeropuertos en todo el territorio —desde los principales hasta los secundarios— se fortalece la competitividad del país frente a escenarios como el Mundial 2026, donde los visitantes requerirán de instalaciones a la altura del evento. Asimismo, la mejora en aeropuertos medianos contribuye al equilibrio territorial, conectando mejor a empresas, pasajeros y mercancías.
Es importante considerar que la inversión pública y privada conjunta detona un círculo virtuoso: la ampliación de infraestructura añade valor al mercado inmobiliario, incentiva rutas adicionales y genera condiciones más favorables para inversionistas, líneas aéreas, prestadores de servicios y comunidades receptoras. Esta dinámica incrementa el potencial de las regiones como destino turístico o de actividades comerciales, y establece un nuevo horizonte de conectividad que trasciende las fronteras nacionales.
Además, con obras enfocadas en sostenibilidad, eficiencia y seguridad, el país avanza hacia una aviación más moderna y resiliente. Certificaciones, sistemas tecnológicos e inversiones en equipamiento electromecánico y de seguridad no solo elevan los estándares, sino que proyectan una imagen de vanguardia para México en el ámbito internacional. La conciencia ambiental y funcional también está presente en proyectos como AIFA y Tulum, diseñados con criterios de diseño verde y planificación urbana integrada.
Los 126.609 millones de pesos invertidos representan una apuesta estratégica por la infraestructura aérea como palanca para el desarrollo integral. El reto principal será mantener los tiempos, la coordinación intersectorial y la eficiencia presupuestaria para asegurar que cada peso invertido se traduzca en mejor conectividad, experiencia de viaje y oportunidades de crecimiento. Si se ejecuta correctamente, esta alianza público‑privada posicionará a México como un nodo aeroportuario competitivo, capaz de sostener su crecimiento en los próximos años, atraer turismo de calidad y mejorar la calidad de vida de las comunidades conectadas.