Las cifras correspondientes a 2023 ya habían supuesto un hito en sí mismas: la contribución del turismo al PIB alcanzó los 224.000 millones de euros, lo que representó el 10,6% del total de la economía. Este impulso fue acompañado por una notable creación de empleo, con casi 2,8 millones de puestos de trabajo vinculados directamente al sector turístico. Estos empleos suponen más del 13% del total nacional, lo que refuerza el papel del turismo como sector estratégico en términos de empleo inclusivo y de calidad.
Las previsiones del WTTC para 2024 y 2025 reflejan una tendencia al alza en todos los indicadores clave. En 2024, se espera que el turismo aporte 246.700 millones de euros al PIB español, el equivalente al 11,6% del total, lo que supondría la creación de cerca de 300.000 nuevos empleos respecto al año anterior. De confirmarse este pronóstico, el sector alcanzaría los 3 millones de empleos, demostrando una vez más su capacidad para dinamizar la economía en su conjunto y reducir las tasas de desempleo.
España figura entre los cinco países con mayor impacto económico del turismo a escala global, lo que refleja la fortaleza de su modelo turístico. Además, este liderazgo se produce en un contexto de transformación del sector, en el que se impone una mayor sostenibilidad, digitalización, diversificación de productos y desestacionalización. El turismo rural, cultural, gastronómico, deportivo o de bienestar ganan terreno frente al tradicional modelo de sol y playa, lo que contribuye a distribuir los beneficios del turismo por todo el territorio nacional y mitigar los efectos de la masificación en determinadas zonas.
La presidenta y CEO del WTTC, Julia Simpson, ha subrayado que España "ha demostrado un liderazgo excepcional en el desarrollo del turismo, combinando políticas públicas eficaces con una industria turística innovadora y resiliente". Según Simpson, el futuro del turismo español es prometedor, especialmente si se continúa apostando por la formación, la sostenibilidad ambiental y la innovación tecnológica como ejes del desarrollo.
Por su parte, desde el sector empresarial se valora muy positivamente este horizonte de crecimiento. Las organizaciones turísticas, tanto nacionales como regionales, consideran que estas cifras no son casuales, sino fruto de un trabajo sostenido por parte de las administraciones, las empresas y los profesionales del sector. Sin embargo, advierten de la necesidad de mantener e incluso intensificar la inversión en infraestructuras, conectividad y promoción internacional, así como de seguir desarrollando marcos normativos que favorezcan la competitividad del destino España.
Con un entorno internacional aún condicionado por la incertidumbre económica y los desafíos geopolíticos, la fortaleza del turismo en España no solo es un motivo de celebración, sino también un factor clave para la estabilidad económica y social del país. La apuesta por un turismo inteligente, inclusivo y sostenible parece estar dando sus frutos, y 2025 podría ser el año en que se alcance una de las metas más ambiciosas del sector: superar todos los registros históricos y demostrar que el turismo sigue siendo uno de los grandes pilares del futuro económico de España.