El concepto de accesibilidad que impulsa Miami no se limita a la eliminación de obstáculos físicos, sino que abarca también la inclusión digital, la señalética comprensible, la atención multilingüe, y una formación especializada del personal turístico para atender con sensibilidad a todas las personas.
En este contexto, el liderazgo del Greater Miami Convention & Visitors Bureau (GMCVB) ha sido determinante. Bajo la dirección de su presidenta y CEO, la cubanoamericana Rolando Aedo, la oficina de promoción turística ha integrado la accesibilidad como eje central de su estrategia de desarrollo. A través de alianzas con asociaciones de personas con discapacidad, organismos públicos y empresas del sector, el GMCVB ha impulsado campañas de sensibilización, auditorías de accesibilidad en instalaciones turísticas y formación para el sector privado. La meta es clara: que Miami no solo sea un destino para visitar, sino un lugar donde todos puedan vivir plenamente la experiencia turística.
Uno de los elementos más destacados de este proceso ha sido el enfoque participativo, que ha permitido diseñar soluciones reales y efectivas. Las personas con discapacidad no han sido meros beneficiarios de las políticas, sino protagonistas activos en su diseño e implementación. Esta colaboración ha contribuido a garantizar que las medidas adoptadas respondan verdaderamente a las necesidades de los usuarios, promoviendo un turismo basado en los derechos humanos y la dignidad de las personas.
Además de mejorar la calidad de vida de residentes y visitantes, la estrategia de accesibilidad de Miami también tiene un fuerte componente económico. Según estudios internacionales, el turismo accesible representa un mercado en crecimiento con un alto nivel de fidelidad y gasto medio, lo que convierte esta apuesta en una decisión inteligente desde el punto de vista de la competitividad. En un mundo donde las sociedades son cada vez más diversas y envejecidas, la capacidad de adaptarse a todos los perfiles turísticos no es solo un acto ético, sino también una ventaja estratégica.
Miami, conocida mundialmente por su dinamismo cultural, su diversidad y su clima, está demostrando que el turismo del siglo XXI no puede dejar a nadie atrás. Su ejemplo lanza un mensaje poderoso a otras ciudades del mundo: la accesibilidad no es un lujo, ni un detalle opcional, sino un pilar fundamental del desarrollo turístico moderno. Y es, al mismo tiempo, una invitación a repensar el concepto de hospitalidad desde la inclusión, la empatía y el respeto a la diferencia.
Con esta transformación, Miami no solo mejora su posicionamiento como destino global, sino que también contribuye a construir un modelo turístico más justo, sostenible y humano. Un modelo donde todos, sin excepción, puedan sentirse bienvenidos.