Turquía, líder mundial en hoteles sostenibles

28-09-25

Turquía ha alcanzado un hito sin precedentes en el turismo responsable al certificar más de 2.000 hoteles bajo los estándares del Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC), lo que le otorga el título de país con mayor cantidad de alojamientos sostenibles en el mundo. Esta transformación no ha sido casualidad, sino resultado de una estrategia deliberada que, desde 2022, ha elevado la sostenibilidad de ser una elección voluntaria a un requisito legal dentro de su industria hotelera.

La ambiciosa meta resulta aún más significativa cuando se analiza la proporción: actualmente, Turquía alberga más del 80 % de los hoteles certificados por el GSTC a nivel global. En lo que va de 2025, el país registró un crecimiento del 37 % en nuevas certificaciones en comparación al año previo. Este avance revela no solo una política estatal decidida, sino también una colaboración efectiva entre el sector público, la iniciativa privada y las comunidades locales.

El Programa Nacional de Turismo Sostenible de Turquía, desarrollado en conjunto con el GSTC, ha sido clave para materializar esta transformación estructural. En apenas tres años se ha logrado reconfigurar buena parte de la planta hotelera del país, imponiendo estándares rigurosos en gestión ambiental, eficiencia energética, reducción de residuos, conservación del patrimonio cultural y beneficios sociales para poblaciones vecinas. Esta metamorfosis ha convertido a la sostenibilidad en un pilar legal y no solo en una práctica opcional.

El ministro de Cultura y Turismo de Turquía, Mehmet Nuri Ersoy, fue enfático al destacar el alcance simbólico y práctico de este logro: “Superar los 2.000 hoteles certificados es una demostración clara de nuestro compromiso y liderazgo en turismo sostenible. Nuestro objetivo es que toda la planta hotelera alcance esa certificación para 2030 y así posicionar a Turquía como referente mundial en transformación turística.”

Por su parte, Randy Durband, director ejecutivo del GSTC, calificó este desarrollo como un modelo ejemplar a nivel internacional. En sus palabras, la iniciativa turca ilustra cómo una cooperación armoniosa entre el Estado y el sector privado puede elevar los estándares de sostenibilidad y propiciar replicabilidad en otros destinos.

La visibilidad de este modelo gana terreno: ya ha sido presentado en escenarios como Suecia, Reino Unido, Estados Unidos, Tailandia y Corea del Sur, despertando interés como inspiración para quienes aspiran a estructurar marcos similares.

Para los viajeros activos en el cuidado ambiental, Turquía gana no solo en volumen de opciones, sino en calidad y coherencia: alojamientos con certificaciones GSTC ofrecen garantías de prácticas responsables en consumo energético, gestión del agua, residuos, biodiversidad y vínculos con las poblaciones locales. Esa promesa de integridad tiene un valor diferencial creciente en el mercado global del turismo consciente.

Este impulso estratégico también refuerza la competitividad de Turquía como destino. Al elevar sus estándares sostenibles, proyecta una imagen más atractiva ante viajeros que buscan experiencias respetuosas con el entorno y las comunidades. Esa estrategia no solamente conquista nuevos segmentos, sino que endurece la posición del país frente a destinos rivales que todavía no han integrado estas normas con tanta ambición.

Pero el desafío continúa. Certificar los hoteles es apenas un primer paso: el verdadero reto estará en mantener esas prácticas en el tiempo, asegurar auditorías independientes, adaptarse a innovaciones ecológicas y garantizar que los beneficios —económicos, sociales y ambientales— lleguen efectivamente a las comunidades anfitrionas. La meta que Turquía se ha trazado para 2030 exige persistencia, vigilancia y una gobernanza participativa que mantenga la sostenibilidad como eje central.

Turquía muestra así que un cambio profundo en la industria turística es posible cuando se acompaña de voluntad política, incentivos regulatorios y compromiso social. Su avance supone una referencia para países que buscan redefinir su modelo turístico hacia uno que no solo atraiga visitantes, sino que conserve y regenere su patrimonio natural y cultural. En esta nueva era del turismo responsable, Turquía parece haberse erguido no solo como pionero, sino como faro para quienes aspiran a hacer del planeta un destino viable y respetuoso.

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