Jeanne Walker

¿Cómo funcionan los algoritmos para los precios de aerolíneas?

Jeanne Walker

¿Cómo funcionan los algoritmos para los precios de aerolíneas?

Hasta hace algunos años la norma para establecer precios era tener precios fijos. Pero con el avance de la tecnología llegaron las tarifas variables, que aprovechan la potencia del machine learning y el Big Data, para tener un sistema de precios flexible y responsivo a las demandas de los usuarios y al estado del mercado.

Las constantes subidas y bajadas de los precios de vuelo se deben a un concepto llamado gestión de ingresos: ajustar las tarifas en tiempo real para que las aerolíneas puedan maximizar sus ganancias. Los causantes de estos cambios súbitos son programas de computadoras que poseen algoritmos especializados. Esta tecnología tiene almacenada décadas de datos sobre los hábitos de los pasajeros y sus costumbres de pago, lo que permite a las empresas predecir los rápidos y breves aumentos en la demanda.

Este método de establecer los precios algorítmicamente es lo que algunas empresas como Uber ponen en práctica para todo el negocio: cuando hay picos sube los precios para ajustar la oferta y la demanda. Como la oferta de vehículos no es infinita deciden subir los precios para reducir la demanda y también apuntalar la oferta (conductores que deciden acudir a esta zona porque se paga mejor).

En condiciones de mercado normales, el proceso consiste, esencialmente, en vender barato a clientes que compran tickets con anticipación y reservar un cierto número de asientos para ser vendidos en último momento, sin descuento o a un precio mayor. Las ventas reservadas de último momento suelen ser las más rentables, ya que por lo general se trata de pasajeros que necesitan viajar de manera impostergable, por lo que su sensibilidad al precio es mucho menor que la de los viajeros que reservan con anticipación.

Los algoritmos de las aerolíneas son secretos y, por lo general, propios de cada compañía. Esto da a lugar a que algunos consumidores sospechen prácticas desleales o tengan reservas a la hora de adquirir un ticket. Existe un reconocido caso de un buscador de hoteles por Internet ofrecía habitaciones más caras a los usuarios de Mac que a los de Windows. Porque, en efecto, estos solían estar dispuestos a pagar más y cambiaban el orden de los resultados para que aparecieran primero habitaciones más lujosas.

¿Cómo se fija el precio de los vuelos? El secreto mejor guardado de las aerolíneas

Comprar billetes de avión es una locura cuando se intenta encontrar el mejor precio: las tarifas cambian cada día y nunca se sabe la razón ni a qué estar atento. Las aerolíneas establecen el precio de los vuelos con el uso de algoritmos y en función de parámetros como la oferta y la demanda, pero también el precio del combustible.

Encontrar vuelos baratos es una de las tareas claves a la hora de organizar nuestras vacaciones y escapadas. Más aún en un verano como este, cuando los viajeros se enfrentarán a las vacaciones más caras de su vida.  A prácticamente todo el mundo le gusta viajar gastando lo menos posible, y el precio de los billetes de avión supone uno de los grandes desembolsos a la hora de organizar un viaje.

Aunque durante mucho tiempo se ha pensado que el martes era ese día de la semana en el que las aerolíneas tienen los mejores precios para volar, todo apunta a que esto ya dejó de ser así. La forma de fijar los precios de las compañías ha cambiado mucho en los últimos años, lo que puede haber afectado a la existencia de ese día óptimo para comprar billetes de avión.

Ahora, los precios de los billetes de avión fluctúan cada día basándose en algoritmos que se sirven de variables como el número de asientos disponibles en el vuelo, precios de la competencia, festividades o antelación de la fecha.

Pese a que todas las aerolíneas siguen ciertos parámetros comunes a la hora de determinar los precios, lo cierto es que cada compañía cuenta con criterios internos con los que decide el precio haciendo uso de algoritmos y programas informáticos.

Lo primero que hacen las compañías aéreas es delimitar su público objetivo y en base a esto se adaptan las capacidades de las aeronaves. Normalmente, se suelen dividir en 3 o 4 segmentos, dependiendo el que opere la compañía, como puede ser el de bajo coste o el de negocios.

Por otra parte, está el análisis de costes que realiza la compañía en base a sus números. La premisa con la que suelen trabajar todas es que los aviones estén el menor tiempo posible en tierra, porque eso consume muchos recursos económicos y siempre se procura que los aviones estén en movimiento lo máximo posible.

Uno de los factores que afecta al precio del pasaje la optimización de la flota de billetes concretos. 

Además de estos puntos, una cuestión básica es la elaboración de las rutas. Los departamentos que determinan qué rutas son viables hacen previsiones de campaña o anuales. Los cálculos se hacen por periodos, no de un avión en concreto o de un día en concreto, sino de todos los periodos que duran las campañas para ver el grado de rentabilidad que tiene cada asiento.

Más allá de estas estrategias internas, la demanda o el precio del combustible –el cual tiene un enorme peso dentro de los costes a los que hacen frente las aerolíneas– son dos de los parámetros que más relevancia pueden tener a la hora de tarificar el billete.

Por último, la incorporación de nuevas tecnologías y, sobre todo, de la inteligencia artificial ayuda a ver la rentabilidad que pueden tener ciertas rutas. Esa medición constante antes era inviable, pero ahora se proyecta en los grandes cuadros macroeconómicos y económicos que utilizan todos estos departamentos. 

Ocultarse en la red

Si no te habías dado cuenta, cuando miras por segunda o tercera vez un mismo vuelo o un hotel, es probable que el precio vaya en aumento. Esto es por culpa de las cookies que se almacenan en tu dispositivo cada vez que visitas un sitio web y que indican que tienes cierto interés en esa página en especial. Para evitarlo, existen varios trucos para ocultarse en la red, siempre con buenas intenciones. Aunque se pueden borrar las cookies de los navegadores, es una medida que no es del todo aconsejable, ya que habrá cierta información que sí nos gustaría mantener al navegar por Internet. 

Por ello, el modo incógnito que incluyen los navegadores es una herramienta tremendamente útil para no almacenar cookies en nuestro ordenador y disponer de una navegación realmente privada, sin que nadie pueda trazar lo que hacemos. De esta forma, podrás entrar varias veces en las páginas de reservas de vuelos y hoteles sin que se alteren los precios.

Pero activar la navegación privada no te protegerá al cien por cien. Si tienes activada la ubicación de tu dispositivo, los precios que se mostrarán en pantalla puede que también sean diferentes. Debido al nivel de vida de los distintos países, un residente en Suiza obtendrá precios mucho más altos que alguien que viva en Argentina.

Cuidado con el momento de la reserva

Las fechas son críticas cuando se está planeando un viaje. Reservar los billetes de avión con antelación suele ser ventajoso. Cuanta mayor sea la separación temporal entre el momento de la compra y el momento del viaje, más barato será. Lo mismo ocurrirá si se espera hasta el último momento. Para las aerolíneas, un asiento vacío es dinero perdido. Por ello, los asientos que no se han vendido hasta el último momento disfrutarán de una suerte de descuento.

Aun así, habrá que revisar el calendario cuando se estén organizando las vacaciones. Volar a una ciudad en la que se vaya a celebrar un gran evento deportivo, un concierto multitudinario o cualquier otro tipo de acontecimiento especial encarecerá el viaje.

También a principios de mes suele haber mayor demanda de vuelos. La gente ha cobrado durante esos días y es menos reticente a gastar dinero. Y, aunque pudiera parecer lo contrario, el día de realizar la compra también es importante. Para comprar un billete de avión, el martes y el miércoles serán los días óptimos.

Básicamente, si no hay excesiva prisa cuando se realiza una compra, prueba a dejarlo reposar en el carrito. A los algoritmos de precio no les gusta que no se completen las transacciones, por lo que aparecerá algún mensaje indicando que existen productos en el carrito.

Si aun así demuestras ser estoico, es probable que nuestro producto a medio comprar experimente una reducción en su precio. De esta forma, las tiendas o aerolíneas tratan de comprobar si así se finaliza la adquisición.

Tampoco te dejes influenciar por los mensajes emergentes. Está demostrado que mostrar a los compradores potenciales mensajes indicando que queda poca disponibilidad o que hay varios usuarios mirando el mismo producto, provoca un sentimiento de angustia que desemboca en una compra más impulsiva de lo que debería.

Hasta el modelo de smartphone influye en los precios

Los algoritmos de precios dinámicos están pendientes de cualquier detalle. Entre la información que se proporciona a los distintos sitios web cuando se navega desde un smartphone se encuentra el modelo de este. Los sistemas analizan los modelos y, en función de si es un dispositivo de gama alta o baja, adaptarán el precio. Lo mismo ocurre con la batería: cuanto menor sea en el momento de la visita, más alto será el precio. Por eso es importante que siempre que se vaya a realizar alguna compra importante, se haga desde un ordenador.

Todos aquellos que dispongan de tiempo suficiente y quieran ‘jugar’ con el algoritmo, pueden probar diferentes estrategias. Quizá un usuario se puede pasar semanas navegando por diferentes sitios web que no le llaman la atención o buscando viajes a sitios a los que no va a ir. De esta forma, cuando procedas a buscar tu destino real, el algoritmo no estará suficientemente entrenado como para contraatacar con sus subidas de precio.

Porque claro, el algoritmo aprende rápido y trata de jugar las cartas a su favor. Pero no hay rival más duro que un usuario con tiempo suficiente y con todas las herramientas a su alcance.

Disfruta de las vacaciones, si es que consigues reservarlas a tiempo.

Autora:

Jeanne Walker

Consultora internacional

Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.

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