Rosa Martha Brown

Sector turismo: fundamental para protección de las niñas, niños y adolescentes

Todos ganamos cuando las experiencias 

que vendemos son totalmente satisfactorias.

Todos perdemos si esas experiencias 

incluyen vulnerar los derechos de otros.

El turismo tiene un función central y decisiva en el crecimiento económico y hoy por hoy se ha convertido en un auténtico motor para el desarrollo. De acuerdo con datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) en 2019, el sector fue responsable de 330 millones de puestos de trabajo a nivel global, es decir, generó 1 de cada 10 puestos de trabajo en todo el mundo, representando así una gran una fuerza laboral inclusiva, diversa y vibrante al servicio de la paz.

En cada destino, comunidad, país o región del mundo nuestro sector ha promovido históricamente la comprensión internacional y la prosperidad de los países, así como en el respeto universal y la observancia de los derechos humanos y de las libertades fundamentales sin distinción de raza, sexo, lengua ni religión; no obstante a su propia esencia y a los esfuerzos de toda una red de aliados, en muchas ocasiones la infraestructura para la prestación de bienes y servicios de esta noble industria ha sido utilizada para fines distintos,  como lo es la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes (ESNNA).

Ningún país o región es inmune, este crimen ha aumentado de manera alarmante y acelerada en todo el mundo consumiendo a víctimas, fracturando familias y comunidades, degradando la imagen de los destinos y creando entornos de movilidad inseguros, poniendo así el riesgo de que sean etiquetados con el mote de “paraíso sexual”. 

La primera ocasión que escuché sobre este tema fue hace aproximadamente 30 años, en el marco de una Conferencia de Mujeres en Turismo desarrollada en Bali, fue en ese momento cuando me di cuenta de la gravedad de lo que estaba pasando en el mundo, miles y miles de agresores estaban en movimiento, desplazándose y aprovechándose de su poder económico y anonimato para devorar a millones de víctimas a través de la explotación sexual y romperlas en lo más profundo de su humanidad. 

Durante mi viaje en avión de regreso a México, no me fue posible conciliar el sueño, ni siquiera por algunos minutos, era aberrante lo que había escuchado, multitud de pensamientos invadían mi mente y al mismo tiempo estrujaban mi corazón, no era posible que un ejército de prestadores de servicios turísticos que trabajan a favor de la paz de una de las industrias más nobles del planeta no conocieran acerca de este tema, en definitiva el sector no estaba capacitado para poder identificar situaciones de riesgo, y peor aún, no había protocolos de actuación para proteger a posibles víctimas. Reflexionaba, si bien somos expertos en prestar servicios con la debida calidad y calidez que se merecen nuestros clientes, muchos de ellos nos visitan con pretensiones totalmente distintas a las que imaginamos, nunca seremos responsables de sus acciones, pero sí tenemos una valiosa capacidad para difundir acciones preventivas que pueden salvar vidas y proteger la imagen de nuestros destinos.

Para cometer este delito el anonimato les sirve de mascara, sin embargo, una de las principales causales de la existencia de la explotación sexual de personas menores de edad en el contexto de los viajes y el turismo es la creciente y dolorosa oferta de victimas que se encuentran a disposición de los turistas, hombres y mujeres que pagan fuertes sumas de dinero a cambio de los servicios sexuales de este vulnerable sector de población.

Siempre fue necesario decir ya basta, era urgente representar la voz de las niñas, niños y adolescentes que tal vez sí veíamos, pero que no habíamos aprendido a escuchar sus gritos desgarradores de ayuda detrás de su silencio o detrás de una mirada de tristeza; era necesario abrir los ojos y no cerrar nuestras bocas;  fue así que en el año 2003  de la mano un grupo interdisciplinario formamos una organización de la sociedad civil llamada Fundación Infantia, A.C.,  para representar la voz de todos aquellos que no son escuchados  para prevenir y poner fin a la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes en el contexto de los viajes y el turismo.

Hoy a más de 25 años de labor ininterrumpida motivados por la voluntad de fomentar un turismo responsable y protector de los derechos humanos hemos logrado movilizar a todos y cada uno de los representantes del sector en México y varios países para convertirnos en vigilantes y tejer redes de prevención y protección. Nuestro campo de acción se ha focalizado en visibilizar esta problemática, sensibilizar y capacitar a miles de prestadores de servicios turísticos, desarrollar herramientas de ayuda para el sector empresarial y elaborar materiales de difusión para lograr un mayor conocimiento de la problemática.

En México gracias al compromiso y determinación del gobierno de la república fue posible que Fundación Infantia A.C., brindara la asistencia técnica para el desarrollo del Código de Conducta Nacional para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en el Sector de los Viajes y el Turismo (CCN), herramienta que ha sido considerada por la Organización Mundial del Turismo, como una de las mejores 16 prácticas en todo el mundo para la protección de las niñas, niños y adolescentes.

El CCN es instrumento gratuito de autorregulación que representa para la industria una de las herramientas más amigables para prevenir y hacer frente a la ESNNA. Consta de 6 directrices las cuales permiten a las empresas desarrollar prácticas de responsabilidad social corporativa de cara a los clientes y la cadena de valor. Sin ser invasivo con los tiempos de operación, el CCN permite a las empresas y establecimientos que lo adoptan, sensibilizar y/o capacitar al personal para que conozcan de los aspectos básicos del tema, contar con protocolos para saber cómo actuar ante una situación de riesgo, tejer redes de colaboración con organizaciones e instituciones locales para recibir asistencia en caso de situaciones de emergencia, así como asesorías o acompañamiento ante alguna necesidad de información.

Ciertamente hemos dado pasos agigantados en el tema de la protección para  garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos, sin embargo reconocemos que aún nos falta mucho por hacer; en algunos países existen marcos legales sobre este tema, pero desafortunadamente su aplicación no siempre ha sido exitosa contra los agresores, por ello mientras usted lee este articulo millones de víctimas son están siendo captadas y convertidas en mercancías de consumo para ser ofertadas, compradas, rentadas o desechadas, lo que nos pone en un gran reto para acelerar nuestras acciones.

Los pendientes son muchos, pero estamos seguros de que la unidad ha representado la fuerza de nuestro sector y juntos haremos una diferencia en el mundo para cuidar el tesoro más valioso que tenemos en nuestros países: la historia, la gastronomía, las artesanías, tradiciones y sobre todo nuestros más grandes y preciados tesoros, las niñas, niños y adolescentes.

Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.

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