Entrevista con Gustavo Riveiro D´Angelo
Dpto. de Pastoral del Turismo. Conferencia Episcopal Española
Entrevista con Gustavo Riveiro D´Angelo
Dpto. de Pastoral del Turismo. Conferencia Episcopal Española
Gustavo Riveiro D´Angelo
Dpto. de Pastoral del Turismo. Conferencia Episcopal Española
Gustavo Riveiro D’Angelo es un sacerdote perteneciente al clero de la archidiócesis de Valencia donde es Delegado episcopal para la Pastoral del turismo y el tiempo libre y también Director del Departamento de Pastoral del Turismo en la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Nacido en General Belgrano, Argentina, en 1957, fue ordenado sacerdote en 1985.
Antes de su llegada a España, Riveiro desempeñó funciones pastorales en Argentina e Italia. En su país natal, fue párroco en diferentes parroquias, responsable de Pastoral de juventud. miembro-asesor del Secretariado Nacional de Pastoral de Turismo de la Conferencia Episcopal Argentina. Más tarde, en Italia, Se desempeñó como Coordinador de la Oficina pastoral de los Pellegrinaggi Paolini y la IVET en Milán, y luego responsable de la Pastoral de tiempo libre, turismo, deportes y espectáculo en la diócesis de Livorno, donde dirigió la Ópera Diocesana Pellegrinaggi.
En su formación académica es profesor de Filosofía y Pedagogía, Licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca y Diplomado en Misionología por el CELAM.
Hasta ahora ha sido párroco de la parroquia de San Jorge en Paiporta y recientemente fue designado para las parroquias del pueblo y la playa de La Pobla de Farnals.
¿Cuál es la misión del Departamento de Pastoral del Turismo dentro de la Conferencia Episcopal Española?
El Departamento para la Pastoral de Turismo de la Conferencia Episcopal es un instrumento de evangelización que la Iglesia pone al servicio de las diócesis, parroquias y otras realidades eclesiales para la promoción, la formación, el acompañamiento, la vertebración del mundo del turismo, particularmente importante en España. No tiene autoridad, ni potestad sobre las diócesis, que son gobernadas por sus respectivos obispos. La tarea es acompañar, ayudar, orientar y formar a los delegados diocesanos para la Pastoral del turismo.
En nuestro trabajo, distinguimos cuatro grandes áreas de acción:
El turismo de ocio y vacacional, un ámbito muy relevante en España, ya que la mayor destinación internacional que este año alcanzará el record que rozará los 95 millones, según informa Turespaña.
El turismo de patrimonio cultural, que incluye tanto el cultural y el de motivación religiosa.
El relacionado con el tiempo libre, la naturaleza y el esparcimiento.
Y también el aspecto social, que se enfoca en la acción de la Iglesia hacia los trabajadores que prestan servicios en el sector del turismo y el descanso, el mundo empresarial, y cualquier otra realidad que interaccione con el turismo.
¿Cómo percibe el crecimiento del turismo religioso en España en los últimos años?
Lo primero que percibo de manera positiva es el creciente aprecio e interés por el mundo religioso como destino vacacional, de ocio, cultura, interacción y conocimiento. Esto es muy alentador. En España, por ejemplo, de los diez monumentos más visitados, siete son iglesias católicas, según Turespaña. Es interesante notar que cuando estas iglesias están abiertas al culto, los turistas no entran, pero cuando se requiere abonar una entrada, se forman largas colas para acceder. Esta paradoja nos llama la atención y, a la vez, nos plantea un desafío: ¿cómo podemos hacer que todas estas personas que desean entrar a nuestras iglesias puedan también abrirse al encuentro con la fe? Dicho en otras palabras, que no solo entren en nuestras iglesias, sino que el mensaje de la Iglesia pueda también llegar a ellos. El reto es evitar que su visita se reduzca a una simple visita cultural, fría y anodina, desnaturalizando el verdadero propósito del templo. Los templos, no fueron construidos y embellecidos para ser musealizados o reducirlos a objeto de visitas culturales con audioguías.
El espacio sagrado no fue creado para ser un espacio meramente cultural, sino para el culto, para el encuentro entre Dios y el hombre, para la adoración y la oración. Reducir el sentido del templo a una visita cultural sin más, es desvirtuar su esencia. Es la ortopraxis. Sin embargo, creo que este interés creciente es muy positivo y debemos acompañarlo y promoverlo con cuidado para hacer al menos un primer anuncio
En España enfrentamos contrastes importantes. Mientras una parte del país estaría feliz que llegaran más turistas, la otra desea que se vayan. También es necesario fomentar el turismo en áreas maravillosas, como el centro del país que ha sufrido una despoblación significativa mientras las costas se han llenado de residentes y turistas. El centro de España, que en su día fue el corazón del Reino de Castilla y Aragón, los antiguos reinos de León y Galicia y otras realidades fabulosas poseen un legado religioso, cultural, artístico e histórico inigualables, baste pensar el románico esparcido por la geografía española, el arte en los Pirineos, que también podría ser un motor de desarrollo sostenible, dinamizador de la repoblación y punto de encuentro y amistad social.
¿Y en el mundo?
Con los directores nacionales de pastoral de turismo con los que tengo contacto dentro de las diferentes conferencias episcopales, observamos con asombro y alegría un despertar creciente en este ámbito. Sin embargo, el desafío es asegurar que este desarrollo se mantenga en los carriles adecuados, evitando que se desvíe hacia un enfoque meramente mercantilista o que se vea como una solución mágica para todos los problemas sociales.
Nos sorprende, además, que gobiernos regionales y municipales que a veces se han mostrado reacios y hasta refractarios a cualquier tipo de fe o religión estén fuertemente interesados en promover el llamado “turismo religioso”, si la motivación y el interés fuese únicamente porque lo perciben como un factor de desarrollo económico o social, sería algo insuficiente y de poco recorrido. En el centro y antes de todo hay que poner las personas y no el negocio y la ganancia.
Es necesario abordar el turismo motivado en lo religioso de manera integral y completa, porque reducirlo a un simple instrumento de desarrollo o cohesión social, es reducirlo a una lectura empobrecida. Este fenómeno debe ser entendido en toda su profundidad, reconociendo su valor espiritual y su impacto en la vida de las personas.
¿Cómo se puede fomentar el turismo religioso manteniendo el equilibrio entre la fe y la comercialización de los destinos?
Suelo poner un ejemplo muy simple que ayuda a percibir la diferencia entre la tarea de la Iglesia en lo pastoral y la tarea de tantas personas que trabajan y construyen sus vidas al servicio de que la actividad turística sea una realidad posible y que no se confundan los roles convergentes.
Suelo hablar del capellán del hospital y de la realidad compleja que es un hospital. La pastoral del turismo y la evangelización del mundo del turismo son como el capellán del hospital: el capellán se ocupa de los enfermos, de los médicos, del personal sanitario y de los familiares, del personal de mantenimiento y limpieza. Su presencia busca hacer presente el Evangelio en una realidad compleja y vertiginosa como es el hospital. Sin embargo, el capellán del hospital no podría hacer su labor si no existiera el hospital. Sin el hospital, su papel se reduciría a visitar enfermos en sus casas de manera individual.
De igual manera, las estructuras que promueven, desarrollan y sostienen los destinos turísticos, los trabajadores, los profesionales del turismo son como el hospital. Son la base que alberga y coordina las actividades, gestiona las necesidades y prepara al personal. Toda esta estructura es esencial para que el turismo exista y funcione, pero ello por necesario e importante no lo es todo.
Me parece que más que hablar de comercialización, habría que hablar de estructuración, gestión y desarrollo. Lo comercial es solo un aspecto más, una actividad necesaria dentro del todo.
Si pensamos lo que ocurrió durante la pandemia, cuando la economía se desplomó y se cerró la posibilidad de viajar. Junto al dolor de tantas personas fallecidas y de familiares heridos, una de las primeras víctimas materiales fue el turismo, y con ello, sus estructuras y las personas que dependen del turismo para trabajar y vivir. Tengo amigos que tenían hoteles y por poco no terminaron pidiendo ayuda alimentaria.
Para que la evangelización en el turismo sea posible, necesitamos esas estructuras, ese 'hospital'. Pero ¿basta con tener solo el hospital? Sin la fe, sin el Espíritu, lo que queda es un cuerpo vacío. Si en el Patrimonio cultural trascendente sacamos la fe, terminaremos explicando la materialidad del arte, será imposible el anuncio y la emoción estética, reduciríamos todo a un relato cultural, le estaríamos quitando el alma a todo lo que hacemos.
¿Qué papel juega la Iglesia en la promoción y gestión del turismo, y el religioso en particular?
No es tarea de la Iglesia promover destinos ni gestionar directamente el fenómeno turístico, ya sea de motivación religiosa o no. El papel de la Iglesia es ofrecer posibilidades y oportunidades, acompañar y formar a los profesionales y trabajadores, en la preparación y creación de estructuras adecuadas, y así promover estos destinos de manera sana y responsable.
La promoción y dinamización de distintos destinos y su gestión es una tarea que, a mi juicio, corresponde a los profesionales que, por así decirlo, se encargan de “gestionar el hospital.” No es bueno que el capellán se ponga a operar, a poner inyecciones o a dar recetas.
¿Cómo se está preparando la Iglesia para el Jubileo 2025 y qué iniciativas específicas destacaría en relación con el lema “Peregrinos de Esperanza”?
El Papa Francisco ha convocado un nuevo Jubileo, como es tradición en la Iglesia, que se celebra cada 25 años. Además, ya se ha anunciado el Jubileo del año 2033, que conmemorará los 2000 años de la redención. El Jubileo es un tiempo especial de Gracia, un momento para el encuentro profundo con Dios, donde la peregrinación y el paso por la Puerta Santa simbolizan la renovación espiritual. Sin embargo, el verdadero eje del jubileo es la renovación de la amistad con Dios, la recuperación de la gracia y la renovación profunda de la Iglesia, a partir del perdón y la misericordia. No se trata solo de organizar viajes o peregrinaciones, es algo mucho más profundo. Basta con leer la bula de convocación para entender la profundidad integral de este llamado.
En cuanto a la preparación, como el Santo Padre nos ha indicado, el año 2023 estuvo dedicado a retomar los documentos centrales del Concilio Vaticano II, en especial las cuatro constituciones. En la diócesis de Valencia, donde también formo parte de la comisión del Jubileo, hemos hecho un trabajo interesante, creando cuadernillos con 3 temas por cada Constitución para facilitar que en las parroquias la gente vuelva a leer el Concilio de manera simple y concreta. Muchos de los que lo vivieron son ya ancianos, y los jóvenes, en su mayoría, no lo conocen o han oído hablar mal de él por parte de personas con escasa formación o lecturas parciales y distorsionadas, pero con medios poderosos para difundir su desinformación acerca de la maravilla que significa el Concilio Vaticano II para la Iglesia y el mundo.
El año 2024, como nos ha pedido el Papa Francisco, es un año centrado en la oración, con un enfoque especial en el Padre Nuestro. Es un año dedicado a aprender a orar, tal como los apóstoles le pidieron a Jesús: 'Señor, enséñanos a orar'. Esta preparación espiritual es un paso fundamental para el jubileo que se avecina.
¿Qué importancia tiene el lema “Peregrinos de Esperanza” para el Jubileo 2025?
Dante en la Divina Comedia, en el Canto XXV del Paraíso pone en boca de Beatrice unas palabras magnificas “…en Santiago resuena la esperanza”. Cuando en 2022 organizábamos el VIII Congreso Mundial de Pastoral de Turismo en Santiago, se eligió como lema “Turismo y Peregrinación, caminos de Esperanza” propuesta sugerida por el entonces arzobispo, Don Julián.
Fue muy emocionante que, mientras preparábamos el Congreso, el Papa Francisco propusiera esas mismas palabras para hablar sobre la peregrinación y la esperanza, como ejes del Jubileo. Nos recordó que todos somos peregrinos, que la humanidad tiene esa condición innata. La Biblia misma es una historia de muchas peregrinaciones, y el gran peregrino es Jesucristo, el Señor, todos somos peregrinos buscadores del rostro de Dios, o como se tituló un libro italiano sobre el tema: “Mendigos del cielo”
La esperanza de la que hablamos no es un simple optimismo psicológico o una sensación de mayor bienestar económico; es una virtud teologal que viene de Dios. Así como la fe es luz y certeza, la esperanza es la fuerza que nos orienta hacia Dios y que sostiene nuestra vida cristiana. En nuestro mundo que a menudo parece desesperanzado, desilusionado o herido por guerras, discordias y luchas sin razón ni sentido, hablar de una esperanza superior, que nos impulse a seguir adelante, es fundamental. El Papa ha querido colocar la esperanza en el centro del discurso precisamente en un momento en que parece estar en baja.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la pastoral del turismo en la actualidad?
La pastoral de turismo enfrenta los desafíos que ya señalaba Juan Pablo II, en cuanto a su integración en la pastoral ordinaria y orgánica de la Iglesia. Aún hoy, la pastoral del turismo necesita superar ciertas barreras, ya que a menudo se la percibe como algo externo o colateral, algo que puede estar o no estar, como un accesorio más del coche o uno menos, pero sin una verdadera integración. Incluso en lugares cuya vida gira completamente en torno al turismo, puede que no exista un delegado diocesano específico para este ámbito, ni tampoco muchas iniciativas concretas. En muchos otros lugares, percibimos con alegría un verdadero interés y empeño. La Iglesia, en muchos casos, sigue muy enfocada en el 'consumo interno', y nos cuesta comprender plenamente la compleja realidad del mundo del turismo.
Existe un cierto miedo inconsciente a tratar el turismo como una realidad pastoral más amplia. A menudo, cuando se nombra a un delegado diocesano para el turismo, se comete el error de añadir la etiqueta 'turismo religioso'. Cuando veo nombramientos así, me dan ganas de pedir que quiten esa última palabra, 'religioso', porque limita y distorsiona el verdadero sentido. El turismo de motivación religiosa es solo un segmento dentro del turismo en general, aunque para nosotros es un segmento de una importancia central, fundamental. Pero no podemos quedarnos únicamente en él. Como se suele decir, debemos dejar de 'pescar en la pecera', porque el Señor nos ha enviado a pescar en mar abierto, no solo a cuidar y engordar los peces que ya están dentro.
¿Qué impacto tienen eventos como la peregrinación a Santiago de Compostela en la vida espiritual de los turistas?
La pregunta es muy interesante, porque a Santiago llegan personas con motivaciones y procedencias muy diversas. Si ves algunas entrevistas a los peregrinos, muchos te dirán: 'Vine porque quería desconectar, desconectarme del mundo, y terminé encontrándome a mí mismo, y también encontré a muchas personas que ni siquiera eran cristianas, pero al entrar a la catedral, nos invadió un espíritu diferente.' No está dicho que quien parte como un turista no termine convirtiéndose en un peregrino. No hay que ponerle límites a la Providencia y si trabajar para ayudar al encuentro. Las 'semillas del verbo' están esparcidas en todos lados, y Dios utiliza todo y a todos para acercar a sus hijos a su amor. Es algo misterioso y maravilloso.
Si tomamos el Código Calixtino, el libro más antiguo sobre peregrinaciones después del de Egeria, vemos que es una obra transversal. Las divisiones entre turista y peregrino son una construcción que hacemos al diseñar productos turísticos. Un tour operador crea un producto para peregrinos o uno para turistas, pero en la experiencia personal del viajero, esas fronteras no existen o son muy difusas. El Código Calixtino incluye cantos, recomienda comidas, describe monumentos, explica el paisaje y las costumbres locales. Es un libro integral porque el peregrino no viaja en una burbuja aislada; trae consigo su cultura, su historia personal y comunitaria, y se pone en camino al santuario con las disposiciones y posibilidades que tiene, encontrando nuevas realidades que lo devolverán distinto, crecido y mejor a su casa.
La experiencia del peregrino es, por tanto, mucho más que una simple separación entre turismo y peregrinación. Es una vivencia que puede transformarse a lo largo del camino.
Hay muchos casos de personas que comenzaron simplemente como espectadores y terminaron transformadas. Recuerdo un caso en Livorno, donde viví 10 años: un hombre asistió por pura curiosidad a una procesión del Corpus y salió de allí convertido, abierto a la fe. Hoy en día, esa persona está sobre los altares.
Lo que sucede en el corazón de cada uno es un misterio entre Dios y esa persona, un misterio que nosotros ni podemos ni queremos gobernar. Es algo que respetamos profundamente.
¿De qué manera colabora la Conferencia Episcopal Española con otras entidades y organizaciones para promover o entender el turismo?
Nuestro rol es estar a disposición, acompañar y, cuando lo solicitan, orientar. Acompañamos principalmente a aquellas personas que, en su sector específico, tienen la noble tarea de promover el turismo, el desarrollo, la amistad social y el encuentro, ya sea a través del patrimonio cultural, del turismo vacacional o de otras realidades. Nuestro trabajo se centra en estar presentes, en ayudar en lo que sea necesario y en ofrecer orientación cuando se nos pide. Fundamentalmente, ese es nuestro enfoque bajo la guía de nuestro Obispo responsable Don Atilano Rodríguez, emérito de Sigüenza-Guadalajara.
¿Cómo han influido los cambios sociales y tecnológicos en la forma en que se organiza y participa en el turismo religioso? ¿Qué estrategias está implementando la Iglesia para acercar el turismo a las nuevas generaciones?
Creo que estamos al borde de una transformación significativa en el turismo, un proceso que claramente va “in crescendo”. Las tecnologías que ayer eran innovadoras hoy ya son antiguas, y esto abre nuevas preguntas sobre cómo el turismo podría relacionarse con la inteligencia artificial y cómo esta tecnología podría influir en la construcción de realidades futuras. Es una realidad dinámica que no podemos encasillar ni definir de manera rígida. Sin duda, ha habido un gran progreso, pasando de la época del cuaderno y la Birome a las herramientas tecnológicas actuales, lo que nos ha permitido avanzar enormemente.
En el mundo juvenil, se observa un creciente deseo de experimentar la peregrinación. El viajar sigue siendo una pasión humana: ese impulso por conocer nuevas realidades, salir del propio entorno, abrir la mente, comprender y dialogar. Es un camino hacia la paz y el encuentro entre los pueblos. En los jóvenes, esta sensibilidad es especialmente notable. Conozco parroquias donde los jóvenes pasan todo el verano viajando, ya sea en campamentos o en viajes a distintos lugares, y vuelven enriquecidos.
Cuando viajas a un lugar desconocido, con una cultura distinta, comes su comida, ves cómo se visten, conversas y se relacionan, inevitablemente pone en cuestión tus propias costumbres. Lo que antes considerabas único o absoluto se revela como algo relativo, y esa comparación positiva con otras realidades del mundo, sin duda enriquece.
Es importante prestar atención a este creciente interés de los jóvenes en el turismo y la peregrinación. A menudo, aunque existe una cierta prevención hacia el mensaje religioso, no la hay en cuanto al patrimonio cultural. La cultura, el arte y la belleza, cuando se explican en su contexto y significado religioso, pueden abrir el corazón de muchos hacia la fe. Esos primeros pasos, guiados por la apreciación del patrimonio cultural, pueden ser el inicio de un camino hacia la fe.
¿Cuál es su visión sobre el turismo como herramienta para el diálogo interreligioso?
Es fundamental, porque gran parte de los problemas proviene del desconocimiento. La incomprensión nace de la falta de conocimiento y está alimentada por prejuicios, razones injustificadas y prevenciones, que hacen que una persona se cierre ante el otro sin conocerlo realmente. Sin embargo, cuando viajas a un lugar, conoces su cultura y permites que el otro te conozca a ti, se rompen muchas barreras. Compartir una comida o vivir temporalmente en la realidad y el mundo del otro hace que sea muy difícil generar conflictos. Las guerras suelen ser el resultado de prevenciones, preconceptos y, sobre todo, del miedo y el desconocimiento, y eso se disipa con el contacto y el entendimiento.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los responsables de destinos turísticos en España y en el extranjero desde la perspectivas de la iglesia católica?
Nuestro objetivo es trabajar juntos, y desde el Departamento de pastoral de turismo de la Conferencia Episcopal estamos siempre a disposición para acompañar, ayudar, orientar y conectar en lo que sea necesario. Creo que el turismo, y particularmente el turismo de matriz religiosa en España, tiene un gran potencial para contribuir al bien común, al encuentro entre los españoles y para superar incomprensiones o malentendidos, a menudo provocados por desconocimientos básicos de la realidad.
Además, el turismo puede ser una herramienta clave para equilibrar el desarrollo entre las diferentes regiones de España. Mientras algunas zonas 'mueren de éxito' debido a la saturación turística, otras regiones necesitan ser descubiertas y valoradas. Por eso, nosotros organizamos las misas nacionales del turismo en pequeños pueblos. En junio, para dar la bienvenida a las vacaciones, el cardenal Cobo presidió una misa en La Cabrera, en la Sierra Norte de Madrid, un pequeño y precioso pueblo con un monasterio del siglo IX, gestionado por los misioneros Identes. Este tipo de lugares, a menos de una hora de Madrid, pueden ser perfectos para pasar un domingo o un día libre, promoviendo pequeños destinos que a menudo pasan desapercibidos.
Sabemos bien que el éxodo rural ha despoblado muchos de estos lugares debido a la falta de oportunidades, pero el turismo puede ofrecerles una segunda oportunidad. Puede devolver a esas comunidades la posibilidad de quedarse, de que los jóvenes no se vayan, de que los ancianos tengan una mejor calidad de vida y de que las escuelas vuelvan a abrir. Sería maravilloso, también, que muchos migrantes pudieran encontrar un hogar en estas casas deshabitadas, reviviendo así muchos pueblos que hoy están casi vacíos. Esto ya está ocurriendo en algunos lugares, y es un sueño que podría convertirse en realidad en muchas más zonas de España.
Unas palabras para finalizar para los gestores de turismo, empresas turísticas, turistas y peregrinos
El mundo del turismo es un mundo fascinante, aunque no siempre bien comprendido. Es un ámbito lleno de realidades positivas, pero también con muchos retos aún por conquistar. Uno de los aspectos clave es el respeto, no solo hacia el lugar, el arte y la belleza que encontramos, sino también hacia las personas que viven allí. Los habitantes de esos lugares, que han tenido el privilegio de crecer en entornos únicos, son los verdaderos custodios de lo que nosotros, como turistas, disfrutamos solo por un breve espacio de tiempo.
Cuidar al vecino, al habitante local, es fundamental. Es importante acompañarlos, respetarlos y valorar su papel como guardianes de las realidades que nosotros visitamos. Pongo como ejemplo a un niño que nace y crece en Florencia: su experiencia vital es muy distinta a la de un niño que crece en un país en guerra, entre sufrimiento y dolor. Ese respeto hacia quienes habitan estos lugares debe estar siempre presente cuando hacemos turismo.
El turismo no está exento de desafíos. No siempre es fácil, y muchas veces nos enfrentamos a situaciones complejas. A menudo, los esfuerzos para mantener y restaurar monumentos, para preservarlos y ponerlos a disposición del público, son titánicos y no siempre cuentan con el apoyo suficiente de las autoridades. Pero la conservación del patrimonio no es el fin último. Estos monumentos fueron construidos para el culto, para el encuentro con Dios, y deben volver a cumplir esa misión. No se trata solo de preservar la piedra; se trata de que esos espacios vuelvan a evangelizar, que permitan que Dios entre en el corazón del hombre y que el hombre se acerque al corazón de Dios.
Desde el Tourism and Society Think Tank, queremos agradecer sinceramente a Gustavo Riveiro D´Angelo por la oportunidad de haber concedido esta entrevista y poder compartir las reflexiones sobre el turismo y su dimensión pastoral, y nuestro agradecimiento a al Departamento de Pastoral de Turismo de la Conferencia Episcopal Española su disposición a colaborar con quienes promueven y gestionan el turismo, especialmente cuando se trata de fomentar el respeto por el patrimonio cultural, la fe y las comunidades locales. Esperamos que este diálogo inspire a seguir construyendo un turismo más humano, respetuoso y abierto al encuentro con lo trascendental. Muchas gracias.
Las ideas y opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente la posición oficial del Tourism and Society Think Tank ni comprometen en modo alguno a la Organización, y no deberán atribuirse al TSTT o a sus miembros.
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