Actualmente, algunos de los factores más impactantes que están creando algunos cambios sorprendentes en la mentalidad, las preferencias y el comportamiento de los consumidores son el aumento del coste de los viajes, la economía en general, las preocupaciones actuales de COVID-19 y las herramientas tecnológicas.
"Los viajes de ocio siguen siendo uno de los sectores más afectados en el periodo post-pandémico y los consumidores son muy conscientes de la inflación, de las preocupaciones persistentes por la COVID-19, junto con las altas expectativas de los destinos y el alojamiento", dijo Pete DiMaio, director de operaciones de TravelBoom. "Nuestro estudio anual sobre las tendencias de los viajes de ocio nos permite comprender mejor la mentalidad del consumidor y su viaje de compra para poder adaptar nuestras estrategias de marketing a un mayor impacto."
Más de un tercio de los encuestados dijo que podría tener que cancelar los planes de vacaciones existentes debido a preocupaciones de presupuesto. El 56% afirmó que los elevados precios de la gasolina afectan de forma moderada o significativa a sus decisiones de viaje. Los principales puntos de dolor que impidieron a los encuestados reservar viajes en primer lugar fueron las preocupaciones presupuestarias (53%), los costes de transporte (48%) y los costes de alojamiento (45%).
En 2022, el 46,3 por ciento de los encuestados señaló el precio como su principal consideración a la hora de planificar unas vacaciones, frente al 37,9 por ciento en 2019. Junto con el precio de sus estancias, los costes de transporte, las comodidades y los programas de fidelización son algunos de los factores que pueden influir en la selección de los viajeros.
El estudio encontró que el 55 por cierto de las personas todavía tiene en cuenta los riesgos de COVID-19 antes de reservar sus viajes. Entre los viajeros estadounidenses por placer, sólo el 13,5% dijo que la pandemia sigue teniendo una gran influencia en los viajes. Sin embargo, el 45% de los viajeros canadienses respondieron lo mismo, lo que demuestra que el COVID-19 sigue influyendo en los viajes internacionales.
El estudio reveló que el 82% de los viajeros no reservará su estancia en un establecimiento sin haber consultado antes las opiniones de los consumidores. "Las reseñas y la prueba social son los puntos decisivos para la reserva de unas vacaciones", dice el informe. De hecho, las opiniones son una parte persistente del proceso de compra, ya que casi el 40% de los consumidores de viajes consultan las opiniones en cada paso de la planificación de las vacaciones.
