La batalla contra la apropiación cultural irrumpe en el negocio de la Riviera Maya 

19-06-23

México ha mantenido en los últimos años una fuerte lucha para proteger el patrimonio cultural de sus pueblos originarios. El Gobierno ha criticado en varias ocasiones a marcas de diseño como Carolina Herrera o Shein, el gigante textil asiático, por el uso de diseños y elementos identitarios de las culturas indígenas del país. Pero no solo en el extranjero, también empresas turísticas como el Grupo Xcaret, de las más grandes de la Riviera Maya, han hecho costumbre su uso para atraer turistas. 

En las últimas semanas, esa historia idílica de la empresa nacida en 1990 con los elementos culturales se ha topado con la queja de un grupo de representantes del Gran Consejo Maya –el máximo órgano de representación maya en el territorio–, que denunció ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor) las violaciones del patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas. El proceso administrativo entre Xcaret y la institución pública sigue abierto, pero la empresa ya ha retirado algunos elementos de su publicidad por precaución. La queja ha vuelto a reabrir una polémica constante, que mediáticamente ganaba fuerza con la apropiación de ciertos diseños y su uso en la moda o la artesanía.