El turismo accesible es esencial en una sociedad donde el bienestar social y la calidad de vida son primordiales. Sin embargo, las personas con discapacidad continúan siendo uno de los grupos más desatendidos en el sector turístico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 16% de la población mundial tiene alguna forma de discapacidad, lo que equivale a 1.300 millones de personas. A esto se suma el envejecimiento de la población global: la ONU proyecta que el número de personas mayores de 65 años se duplicará para 2050, alcanzando los 1.600 millones. En conjunto, estos grupos representan a 1 de cada 3 personas en el mundo con necesidades de accesibilidad más específicas.
La accesibilidad en el turismo no solo es una cuestión de derechos, sino también una oportunidad estratégica para el sector. Aplicar criterios de accesibilidad, como el diseño universal, desde la planificación hasta la ejecución de servicios y productos turísticos, no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que también mejora la experiencia de todos los viajeros. La accesibilidad garantiza que todos, independientemente de su edad o capacidades, puedan disfrutar plenamente de la experiencia turística, desde el transporte y alojamiento hasta las actividades culturales y de ocio.
El turismo accesible implica una integración completa de la accesibilidad en toda la cadena de valor del turismo. Esto abarca desde la planificación del viaje, los desplazamientos hasta el destino, y la accesibilidad en alojamientos, restaurantes, actividades culturales, espacios urbanos y naturales, hasta el retorno al lugar de origen. La inclusión de estos principios no solo mejora la calidad de la oferta turística, creando espacios más cómodos y fáciles de usar para todos, sino que también incrementa la cuota de mercado al atraer a un segmento creciente de clientes con necesidades específicas.
Además, la accesibilidad refuerza la imagen y reputación de las empresas y destinos turísticos. Cumplir con los estándares de accesibilidad no solo demuestra un compromiso con la legislación vigente, sino que también alinea a las organizaciones con los criterios ESG (Environmental, Social and Governance) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos estándares son cada vez más valorados por los consumidores y pueden ser un factor decisivo a la hora de elegir un destino o servicio turístico.
La accesibilidad es también uno de los cinco ejes fundamentales de los destinos turísticos inteligentes. Según la norma UNE 178501:2018 sobre la gestión de Destinos Turísticos Inteligentes, y la UNE 178510:2023 sobre la gestión y transformación de Empresas Turísticas Inteligentes, la accesibilidad es clave para la evolución del turismo en un contexto cada vez más digital y conectado.