La crisis del Turismo Religioso en Israel debido a la guerra
12-08-24
Israel, un país conocido por ser un epicentro espiritual y destino predilecto para millones de peregrinos, se enfrenta hoy a una situación desoladora. Los Santos Lugares, que en tiempos normales están abarrotados de fieles y turistas, se encuentran vacíos debido a la guerra que estalló en Gaza el 7 de octubre de 2023. Este conflicto ha tenido un impacto devastador no solo en la vida cotidiana de los ciudadanos israelíes, sino también en su economía, particularmente en el turismo religioso, que es una de las principales fuentes de ingresos del país.
Los peregrinos que anteriormente llenaban las calles de Jerusalén, Nazaret y otras ciudades sagradas han desaparecido casi por completo, dejando tras de sí un vacío palpable en lugares emblemáticos como la Basílica del Santo Sepulcro. Este sitio, uno de los más importantes para la cristiandad, ahora permite el acceso sin aglomeraciones, algo impensable en épocas de paz. María Ruiz, una trabajadora española del Patriarcado Latino en Jerusalén, describe la ciudad como “vacía y desoladora”, un contraste abismal con la bulliciosa y vibrante atmósfera que solía caracterizarla.
El turismo religioso en Israel, que normalmente representa alrededor del 60% del total del turismo del país, se ha desplomado, dejando a muchas instituciones y negocios que dependen de estos visitantes luchando por sobrevivir. Este es el caso del centro Santa María de Nazaret, operado por las Sisters of Nazaret, que solía albergar a más de 100 peregrinos, pero que ahora está vacío. Sister Gina, una religiosa de Kerala, India, que reside en el centro, expresa su preocupación al depender ahora casi exclusivamente de la ayuda de su congregación para mantenerse a flote.
En otras áreas del país, la situación es similar. El hotel ‘David’s Harp’ en Galilea, inaugurado en abril de 2024 y pensado para recibir a turistas religiosos, está ahora ocupado mayoritariamente por locales judíos, a la espera del regreso de los peregrinos. Asimismo, el museo de la Torre de David en Jerusalén, recientemente renovado, recibe principalmente visitantes israelíes, un reflejo del cambio drástico en el perfil del turismo desde el inicio del conflicto.
Pese a este sombrío panorama, las autoridades israelíes no han dejado de promover el turismo religioso, lanzando iniciativas para atraer a los visitantes de vuelta a Tierra Santa. Entre estas, destacan nuevas rutas de peregrinación como el ‘Gospel Trail’, que sigue los pasos de Jesús desde Nazaret hasta Cafarnaúm, y el ‘Way to Jerusalem’, inspirado en el Camino de Santiago, que busca atraer tanto a peregrinos como a turistas aventureros. Sin embargo, la participación en estos proyectos ha sido escasa, ya que la inseguridad en la región continúa siendo una preocupación dominante.
La guerra no solo ha afectado a los peregrinos internacionales; también ha cambiado la vida diaria en Israel. Las calles de Jerusalén, aunque relativamente tranquilas en comparación con las zonas cercanas al conflicto, ahora están patrulladas por una mayor presencia policial y militar, lo que añade una sensación de tensión y ansiedad entre los residentes y los pocos turistas que aún se atreven a visitar.
En medio de esta crisis, algunas comunidades religiosas han mantenido su compromiso de visitar Tierra Santa. Grupos de peregrinos asiáticos y brasileños, especialmente aquellos pertenecientes al Camino Neocatecumenal, han seguido llegando, aunque en números muy reducidos. Estos visitantes, más familiarizados con la situación local y con contactos en el terreno, son más propensos a discernir los niveles de seguridad y a continuar con sus planes de peregrinación, a pesar de las advertencias.
El impacto económico de esta crisis es inmenso. Israel, que antes dependía en gran medida de los ingresos generados por el turismo religioso, ha visto cómo una fuente vital de ingresos se ha secado casi por completo. Esto no solo afecta a las empresas locales y a los trabajadores del sector, sino también a la estabilidad económica general del país, que ya enfrenta los costos de un conflicto prolongado.
A pesar de las dificultades, hay un fuerte deseo en Israel de que los peregrinos regresen. Los líderes religiosos, incluidos aquellos del Patriarcado Latino, están haciendo un llamado a los fieles para que vuelvan, no solo para revitalizar la economía, sino también para mantener la presencia cristiana en Tierra Santa. Según María Ruiz, la llegada de peregrinos es crucial para “normalizar la vida ordinaria” y preservar la rica herencia religiosa y cultural de la región.
La guerra en Gaza ha dejado una huella indeleble en el turismo religioso en Israel, vaciando los Santos Lugares y asfixiando a una economía que depende en gran medida de los peregrinos. Sin embargo, el país sigue esperando el regreso de los visitantes, con la esperanza de que la paz y la estabilidad puedan devolver la vida y la vitalidad a estos sitios sagrados.
Este sitio utiliza cookies de Google para ofrecer sus servicios y analizar el tráfico. La información sobre su uso de este sitio se comparte con Google. Al utilizar este sitio, usted acepta el uso de cookies.