A pesar de estos retos, Schliesser, junto con otros economistas, cree en el potencial de crecimiento a largo plazo de la región y en su continua expansión del PIB, aunque las políticas macroeconómicas a corto plazo no estimulen el crecimiento económico inmediato.

Las tendencias de los viajes en América Latina han demostrado su resistencia. Patricia Boo, directora sénior de área de Latinoamérica para STR, una firma de análisis de hostelería de CoStar, informó de una normalización en los niveles de ocupación hotelera en 2024 tras un repunte el año pasado. El año 2023 registró un notable crecimiento de la ocupación, con niveles cercanos o superiores a los de 2019 en todas las regiones. Las tasas de ocupación en América Central y del Sur aumentaron un 8% y un 2%, respectivamente, con respecto a 2022, finalizando el año en torno al 60% de ocupación total. Si bien el crecimiento de las tasas comienza a desacelerarse, la cartera de desarrollo hotelero de la región presenta nuevas oportunidades, con 57,000 habitaciones, o 5% de la oferta existente, actualmente en desarrollo, particularmente dentro del segmento de lujo.

La sólida cartera de proyectos de construcción de hoteles en Brasil y el aumento de las tarifas en las principales ciudades ponen de manifiesto la fortaleza de los viajes internos, impulsados en parte por los problemas de visados y las fluctuaciones de los tipos de cambio. Boo también señaló cambios en las tendencias de los viajes, como el aumento de la demanda de los viajeros de negocios, que puede equilibrar la moderación prevista en el crecimiento de los viajes de ocio. Instó a los profesionales del sector a mantenerse informados sobre las repercusiones de los años electorales y los acontecimientos importantes, como la gira Eras Tour de Taylor Swift, en la demanda hotelera.

En esencia, el sector turístico de América Latina se está adaptando a los retos mundiales y regionales, encontrando oportunidades de crecimiento en medio de las incertidumbres económicas y políticas.