La erupción del Popocatépetl paraliza el cielo en México

01-03-24

La reciente erupción del volcán Popocatépetl, conocido como el gigante activo más amenazante de México, ha llevado a la cancelación de múltiples vuelos, evidenciando una vez más la poderosa influencia de la naturaleza sobre las actividades humanas. El martes, el cielo se tiñó de un sombrío tono gris cuando el volcán expulsó una impresionante cantidad de cenizas y humo, formando gigantescas columnas de emisiones que obligaron a mantener en tierra a los aviones en las inmediaciones.

Ubicado estratégicamente en el corazón de México, el Popocatépetl se asienta entre los estados de Morelos, Puebla y el Estado de México, una región densamente poblada y vital para el país. Este fenómeno natural no solo capturó la atención por su majestuosidad visual, sino también por las implicaciones prácticas de la caída de ceniza, que afectó a la Ciudad de México y sus alrededores, situados a unos 72 kilómetros al sureste del volcán. La Coordinación Nacional de Protección Civil ha estado al frente, monitoreando de cerca la situación y reportando los efectos en la capital y zonas aledañas.

En respuesta a la actividad volcánica, el Centro Nacional de Prevención de Desastres de México registró 77 emisiones significativas del volcán y emitió una alerta de nivel dos de amenaza volcánica. Esta clasificación es un llamado a la precaución, instando a la población y a las autoridades a tomar medidas preventivas y mantener una distancia segura del coloso.

El impacto de la erupción se sintió con fuerza en el sector aéreo, particularmente en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM) de Ciudad de México, donde algunas aerolíneas se vieron obligadas a cancelar vuelos. Esta decisión afectó tanto a viajeros como a operaciones logísticas, subrayando la importancia de la seguridad ante los caprichos de la naturaleza.

A pesar de la amenaza que representa, las autoridades han asegurado que, por el momento, no existe un riesgo directo para la población. Alrededor de 25 millones de personas que viven en un radio de 96 kilómetros del volcán están bajo vigilancia constante, especialmente considerando la historia reciente del Popocatépetl. Tras décadas de inactividad, su despertar en 1994 marcó el inicio de una era de vigilancia y adaptación para los residentes y autoridades locales. La actividad volcánica, aunque a menudo es espectacular, ha requerido una respuesta ágil y preparada para proteger a las comunidades y mantener la normalidad en la medida de lo posible.

La memoria de la erupción de 2019, cuando el Popocatépetl erupcionó 14 veces en una sola noche, y el evento de mayo pasado que provocó la cancelación de cientos de vuelos, sigue fresca. Estos incidentes llevaron a la suspensión de clases presenciales y a la emisión de advertencias de evacuación, aunque la situación se estabilizó eventualmente. La reciente actividad del volcán reitera la importancia de mantenerse alerta y preparado frente a uno de los fenómenos naturales más imponentes de México.

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