Enrique Porta Puy, socio responsable del Sector Consumo y Retail de KPMG, explica que la estructura del tejido empresarial, compuesto mayoritariamente por microempresas y autónomos, contribuye a esta situación. El promedio de empleados por empresa en el sector de la artesanía se sitúa históricamente en torno a tres.
La ubicación de muchos negocios artesanos en zonas rurales agrava la falta de relevo generacional, dificultando la atracción y fidelización de talento, especialmente entre los jóvenes. Xandra Falcó, presidenta del Círculo Fortuny, destaca que la dedicación profesional a la artesanía ha perdido prestigio social, llevando a una falta de interés en el oficio manual. No obstante, Falcó defiende que la artesanía puede ser un trabajo estable y a largo plazo para la juventud, y aboga por fomentar la formación y la creación de escuelas especializadas para revitalizar el interés por estos oficios.
La artesanía española abarca una amplia gama de productos, incluyendo marroquinería, mobiliario, calzado, cerámica y alimentación. El informe de KPMG identifica 41 zonas de interés nacional, 210 denominaciones de origen protegidas y 143 indicaciones geográficas protegidas, subrayando la diversidad y riqueza del sector. Sin embargo, la falta de vocaciones entre los jóvenes amenaza la continuidad de estos oficios. Falcó solicita mayor apoyo institucional para potenciar la alta artesanía e impulsar los programas de Formación Profesional enfocados en estas ocupaciones.
El miedo a la desaparición de algunos oficios es palpable entre los artesanos. Enrique Porta Puy reconoce que la falta de mano de obra es la principal amenaza para el sector, detectando una tendencia decreciente en el número de artesanos en España. Tanto él como Falcó coinciden en que la formación es clave para la preservación y crecimiento de la artesanía, especialmente la alta artesanía, que tiene una mayor capacidad de generar valor.
La digitalización se ha vuelto esencial para la supervivencia del sector. La pandemia actuó como catalizador para el desarrollo digital de muchos talleres artesanos, impulsando su salto a los canales digitales. Porta Puy señala que la desconexión entre el artesano tradicional y la parte digital está disminuyendo, con cada vez más artesanos adoptando estas nuevas herramientas.
El trabajo artesanal, a menudo discreto y primoroso, cobra forma en talleres que suelen ser desconocidos para el consumidor. La artesanía hecha a mano se caracteriza por su sostenibilidad y respeto al entorno, utilizando recursos y materiales de proximidad. No obstante, para sobrevivir y prosperar, los artesanos deben garantizar la viabilidad económica, crear marca y mantenerse actualizados con las tendencias del mercado.
Círculo Fortuny, a través de los Premios Maestro Artesano, reconoce y promueve a aquellos que sobresalen en el campo de la artesanía. Este año, han premiado a la Cestería Marcilla de Albacete por la Mejor Trayectoria Artesanal, a The Exvotos de Sevilla como Mejor Artista de Vanguardia, y a Aitor Martínez de Pontevedra como Joven Promesa. La alta artesanía se destaca como un aliado clave para las marcas que buscan distinguirse ante un consumidor global cada vez más consciente, experto y exigente. Según Falcó, este sector de excelencia se nutre de la alta artesanía y necesita artesanos para mantener su relevancia y crecimiento.