Bajo la nueva política, aquellos pasajeros que aún no utilicen la tecnología digital tendrán que adaptarse o enfrentar dificultades adicionales. A pesar de que algunos podrían ver esto como una medida excluyente, la mayoría de los pasajeros ya están familiarizados con el proceso de facturación en línea, según la propia aerolínea. El cambio, sin embargo, no afectará la posibilidad de facturar maletas en el aeropuerto, un servicio que se mantendrá disponible.
La decisión de eliminar las tarjetas de embarque en papel y el check-in en el aeropuerto forma parte de una tendencia más amplia en la industria aérea. Otras aerolíneas, como Alaska Airlines, también han empezado a eliminar los quioscos de facturación en aeropuertos, alentando a los pasajeros a utilizar medios digitales. En el caso de Ryanair, este cambio busca reducir la dependencia del personal en los aeropuertos y fomentar el uso de su plataforma digital, lo que a largo plazo podría traducirse en ahorros operativos.
El objetivo de Ryanair es claro: reducir el uso de recursos físicos y eliminar la necesidad de personal adicional en los mostradores de facturación. Sin embargo, dado que las maletas aún deberán ser facturadas en el aeropuerto, el ahorro en costos no será total. La diferencia estará en que el proceso será mucho más automatizado.
Para la mayoría de los pasajeros, este cambio no supondrá un gran problema, ya que muchos ya utilizan sus teléfonos móviles para facturar y acceder a las tarjetas de embarque. No obstante, algunos sectores podrían verse afectados. Las personas mayores o aquellas que no tienen acceso a teléfonos inteligentes o computadoras podrían enfrentar dificultades para adaptarse a esta nueva modalidad.
En este contexto, algunos critican a Ryanair por tomar decisiones que podrían perjudicar a ciertos pasajeros, aunque la aerolínea se defiende argumentando que la mayoría de los clientes se benefician de la rapidez y la comodidad del proceso digital. Además, Ryanair ofrece la posibilidad de facturar online hasta 60 días antes del vuelo, lo que da un amplio margen para quienes necesiten ayuda para completar el proceso.
Esta medida podría ser una señal de lo que está por venir en el futuro del sector aéreo. La digitalización es una tendencia en auge, y muchas aerolíneas están siguiendo el mismo camino. Reducir el personal en los aeropuertos y eliminar el papel son pasos lógicos en una era donde la automatización y la sostenibilidad son cada vez más importantes.
Sin embargo, también plantea preguntas sobre cómo las aerolíneas equilibrarán la necesidad de reducir costos con la obligación de ofrecer un servicio adecuado a todos los tipos de pasajeros, incluidos aquellos menos acostumbrados a las nuevas tecnologías.
Un desafío evidente que surge con la eliminación de las tarjetas de embarque en papel es la posibilidad de que los pasajeros se enfrenten a problemas tecnológicos, como quedarse sin batería en su teléfono móvil justo antes de abordar. Este tipo de situación podría causar estrés adicional en un momento ya complicado, como es el embarque. Las aerolíneas deberán prever este tipo de contingencias y ofrecer soluciones rápidas y efectivas para evitar inconvenientes mayores.