Por su parte, Estados Unidos, con una economía robusta y una cultura de consumo consolidada, es el segundo emisor de turismo de lujo en el mundo. Se estima que los turistas estadounidenses realizarán cerca de 18 millones de viajes de lujo al año, con un gasto medio de 9.500 dólares por viaje. Los destinos preferidos por este segmento de viajeros incluyen las principales ciudades de Europa, como París, Londres y Roma, así como destinos exóticos en Asia y el Caribe. A diferencia de otros mercados, los viajeros estadounidenses suelen estar más interesados en el confort, la seguridad y los servicios de alta gama, como hoteles de lujo, cruceros exclusivos y transporte privado.

Alemania, el tercer país en esta lista, es un actor importante en el turismo de lujo, con más de 5,5 millones de viajes de lujo anuales. Los turistas alemanes de este segmento gastan una media de 8.800 euros por viaje, optando por destinos en Europa y Asia. Este mercado se caracteriza por su enfoque en la calidad, la sostenibilidad y la autenticidad de las experiencias. Los viajeros alemanes suelen valorar la atención al detalle y buscan experiencias que combinen lujo con cultura y naturaleza, lo que los lleva a elegir destinos exclusivos que les ofrezcan tanto confort como una conexión más profunda con el lugar que visitan.

Una de las razones del auge del turismo de lujo es el crecimiento sostenido de la riqueza mundial, especialmente entre las personas de alto patrimonio neto. Se espera que para 2030, el número de millonarios en todo el mundo siga aumentando, lo que impulsará aún más la demanda de productos y servicios turísticos de lujo. Además, el turismo de lujo ya no se limita únicamente a la clase más acaudalada, sino que se ha expandido para incluir a viajeros que buscan experiencias especiales y están dispuestos a pagar por ellas, aunque sea en viajes ocasionales.

Este sector se ha transformado notablemente en los últimos años. Los turistas de lujo ya no se conforman solo con hospedarse en hoteles de cinco estrellas o viajar en primera clase; ahora buscan experiencias personalizadas y únicas que les permitan conectarse con los destinos de una manera más profunda y auténtica. Actividades como tours privados, cenas exclusivas con chefs renombrados, visitas a sitios patrimoniales fuera del horario regular y servicios de conserjería personalizados son algunas de las experiencias más valoradas por estos viajeros.

Además, destinos emergentes como Emiratos Árabes, Tailandia y Grecia han sabido aprovechar el auge del turismo de lujo invirtiendo en infraestructura de alta gama. Estas regiones no solo ofrecen servicios de lujo, sino que también se han posicionado como lugares seguros y atractivos para los turistas de alto poder adquisitivo. Por ejemplo, Dubái se ha consolidado como un destino líder en el turismo de lujo gracias a sus exclusivas instalaciones hoteleras, centros comerciales de lujo y experiencias únicas como safaris por el desierto o eventos internacionales de alto nivel.

Otro factor clave en el éxito del turismo de lujo es la sostenibilidad. Los viajeros de lujo son cada vez más conscientes del impacto ambiental de sus viajes y buscan opciones que sean sostenibles sin sacrificar el confort ni la exclusividad. En este sentido, muchos destinos están invirtiendo en el desarrollo de hoteles ecológicos, actividades respetuosas con el medio ambiente y programas de conservación que atraen a este tipo de turista.