El legado viajero de Vargas Llosa
15-04-25
Mario Vargas Llosa, fallecido el 13 de abril de 2025 en Lima a los 89 años, no solo fue un gigante de la literatura hispanoamericana y Premio Nobel en 2010, sino también un incansable viajero que convirtió el turismo en una herramienta de conocimiento, empatía y libertad. Para él, viajar era una forma de vencer prejuicios y comprender la complejidad del ser humano.
Desde sus primeros años, Vargas Llosa entendió que la literatura y el viaje estaban profundamente entrelazados. Su obra refleja una geografía viva: desde las calles de Lima en "Conversación en La Catedral" hasta la selva amazónica en "El hablador", pasando por escenarios internacionales como República Dominicana en "La fiesta del Chivo" o el Congo en su ensayo sobre Roger Casement. Cada destino visitado alimentaba su narrativa y su visión del mundo.
El escritor consideraba que el turismo era la mejor defensa contra la caricatura de los otros. En una entrevista, afirmó que "el turismo es la mejor defensa contra la caricatura de los otros", destacando cómo el contacto directo con diferentes culturas permite derribar estereotipos y fomentar la comprensión mutua. Esta filosofía lo llevó a explorar lugares como Brasil, Tahití y el Congo, no solo como turista, sino como observador atento y respetuoso.
Su pasión por los viajes también se reflejó en su vida personal. Residió en países como España, Francia y el Reino Unido, y su amor por ciudades como París y Madrid fue evidente en sus escritos y declaraciones públicas. En 2023, anunció su retiro de la escritura y el periodismo, pero continuó viajando y participando en eventos culturales hasta sus últimos días.