Aunque no se ofrecieron detalles concretos sobre cómo se implementarían estos impuestos, ni qué tipos de actividades turísticas serían gravadas, el anuncio ha suscitado preocupación inmediata en las asociaciones empresariales, cámaras de comercio, operadores turísticos y representantes del sector hotelero. Florida es uno de los principales destinos turísticos de Estados Unidos, y en 2023 recibió más de 130 millones de visitantes, una cifra que supera los niveles prepandémicos y confirma el atractivo del estado tanto para turistas nacionales como internacionales.
Empresarios del sector advierten que introducir nuevos impuestos podría afectar la competitividad de Florida frente a otros destinos turísticos del país y del Caribe. “Esto podría hacer que el costo total de visitar nuestro estado aumente considerablemente, especialmente para las familias que eligen Florida por su relación calidad-precio y su diversidad de atracciones”, señaló un portavoz de la Asociación de Hoteles y Alojamientos de Florida.
DeSantis, sin embargo, sostiene que los residentes no deben seguir asumiendo solos el peso del crecimiento del gasto público y que los visitantes también se benefician de los servicios y la infraestructura que ofrece el estado. En sus palabras, “no es justo que los ciudadanos de Florida subsidien completamente los costos de mantener parques, carreteras, transporte público y seguridad cuando millones de personas externas al estado los usan cada año”.
Algunos analistas consideran que esta propuesta podría tener una motivación política, orientada a fortalecer la imagen del gobernador como defensor de los intereses locales frente a influencias externas. No obstante, también recuerdan que cualquier modificación en la política tributaria tendría que pasar por la legislatura estatal, donde seguramente enfrentaría un intenso debate.
Por su parte, algunos economistas especializados en turismo señalan que si bien es razonable que los destinos busquen nuevas fuentes de financiación, es esencial encontrar un equilibrio que no desincentive la llegada de visitantes ni afecte negativamente la percepción de la marca Florida, especialmente en mercados internacionales.
Actualmente, Florida ya recauda impuestos sobre actividades vinculadas al turismo, como el “bed tax” o impuesto sobre la ocupación de habitaciones, que varía según el condado. Sin embargo, la propuesta de DeSantis parece ir más allá de este esquema y abre la puerta a una eventual reestructuración del modelo de recaudación.
La noticia llega en un contexto en el que otros destinos turísticos del mundo también están considerando o implementando tasas turísticas como herramienta para regular flujos de visitantes y financiar la sostenibilidad de sus destinos. Sin embargo, Florida se enfrenta al reto de hacerlo sin perder su atractivo ni generar rechazo entre los turistas, un equilibrio complejo pero crucial.
En las próximas semanas se espera que el gobierno estatal aclare los detalles de la propuesta y abra un espacio de diálogo con los actores del sector, que ya han comenzado a movilizarse para expresar su inquietud ante lo que consideran un riesgo para el crecimiento económico y la imagen internacional del estado.