La recuperación es palpable: en 2024, Egipto superó los 15,7 millones de visitantes, generando unos ingresos de 14 000 millones de dólares y representando cerca del 8,5 % del PIB nacional. El sector proyecta que en 2025 estas cifras batirán nuevos récords, con un crecimiento anual estimado del 4,9 % y una participación del turismo prevista en torno al 8,6 % del PIB.
El panorama es igualmente positivo en el resto de la región. Sudáfrica goza de una fuerte demanda en safaris y turismo en los viñedos del Cabo; Marruecos reporta ocupaciones hoteleras récord en Marrakech y Casablanca; Mauricio lidera con un auge en turismo de lujo, especialmente entre recién casados; Tanzania registra un vertiginoso incremento en visitas al Serengeti y Zanzíbar; y Kenia recibe más flujos internacionales hacia Nairobi, la costa y la Maasai Mara. También Chipre se suma a esta ola, recibiendo un volumen sin precedentes de visitantes europeos y de Oriente Medio.
Esta combinación de factores físicos y promocionales —desde campañas de marketing, ferias internacionales, flexibilización de visados, hasta grandes eventos culturales— está transformando a estos países en hotspots turísticos globales. Además, Egipto se apoya en proyectos emblemáticos como el Grand Egyptian Museum (GEM), cuya apertura oficial está prevista para el 1 de noviembre de 2025, un hito que promete atraer aún más flujo de viajeros.
No obstante, este auge no está exento de desafíos. El entorno de las Pirámides de Giza, uno de los atractivos más emblemáticos, está saturado por vendedores callejeros agresivos y estafas, en un contexto de superpoblación turística. En respuesta, las autoridades han activado un plan de revamping de 51 millones de dólares, con mejoras como accesos peatonales, transporte ecológico y un nuevo centro de visitantes, aunque algunas protestas han surgido entre operadores de paseos en camello y caballo, preocupados por perder ingresos.
Por otro lado, desde el ámbito ambiental, activistas y comunidades locales alertan sobre el riesgo de ciertas iniciativas. Un caso emblemático es el de la playa Ras Hankorab, en el Parque Nacional Wadi el-Gemal, donde planes para construir cabañas, restaurante y una granja amenazan ecosistemas frágiles —como manglares, praderas marinas y arrecifes de coral— y ponen en tensión el auténtico sentido del ecoturismo.
El informe de Travel and Tour World dibuja un panorama donde África y Oriente Medio disfrutan de un crecimiento turístico sin precedentes, con Egipto como uno de los protagonistas más destacados. Si bien la experiencia turística se diversifica e intensifica, es clave que la expansión esté acompañada de una planificación equilibrada, que combine el desarrollo económico con la preservación cultural y ambiental. Solo así estos destinos podrán sostener este “boom” y asegurar su atractivo y viabilidad a largo plazo.