Este perfil emergente de viajeros asiáticos busca algo más que sol y playa. Aspiran a viajes inmersivos que combinen aventura, autenticidad y relevancia cultural. Planean recorridos que puedan compartirse en redes sociales y contar historias memorables. Atravesados por el deseo de explorar, estos turistas valoran la comodidad, sin renunciar a esa conexión real y auténtica con los destinos que eligen.
El turismo desde India, concretamente, ha alcanzado cotas históricas. Según el informe Travel Trends 2025 del Instituto Economico Mastercard, en 2024 el país registró su mayor cifra de viajeros salientes, impulsada por una clase media en expansión y una conectividad aérea mejorada. Destinos como Abu Dabi, Hanoi y Bali se posicionaron como los favoritos de los indios, quienes ahora juegan un rol cada vez más influyente en los flujos turísticos globales.
La demanda no solo crece en números, sino también en calidad. El sector hotelero y las aerolíneas apuntan a un aumento en la preferencia por experiencias premium: cabinas de clase ejecutiva, estancias en alojamientos de nivel medio-alto y servicios que ofrecen seguridad y confort. Esta evolución también está vinculada al poder de las redes sociales, donde los viajes aspiracionales se muestran como metas accesibles, cambiando no solo lo que se desea, sino también cómo se planifica y comparte un viaje.
Las proyecciones hablan de una industria turística global que podría alcanzar un valor de 16 billones de dólares para 2034, impulsada por la expansión de la clase media y los avances en inteligencia artificial, que hacen que el viaje sea cada vez más ágil, personalizado y eficiente.
El enfoque cambia con el perfil del viajero asiático: no se trata solo de viajar más, sino de hacerlo con propósito. Se busca comodidad, pero con sabor local; conectividad, pero con narrativa cultural. Los destinos y operadores que consigan equilibrar estos elementos –facilidad, autenticidad, tecnología y cultura– se colocan en una posición privilegiada para captar esta ola de cambio.
El turismo global está cambiando de manera irreversible: Asia ya no solo influye en el presente, sino que dibuja el futuro del viaje. La clase media asiática impone nuevas normas: más digitales, más exigentes, y más conscientes de lo que significa vivir experiencias significativas. Las empresas turísticas tienen una oportunidad única para reinventar la hospitalidad combinando lo mejor de la tecnología con lo más profundo del patrimonio cultural.