Durante el periodo de transición todavía se conservarán algunos sellos de pasaporte en espera de que el sistema se establezca por completo, pero al avanzar el despliegue se espera que disminuyan hasta desaparecer por completo tras abril de 2026. El calendario fijado por la UE establece que, tras un mes, al menos el 10 % de los cruces de frontera deberían registrarse ya con EES; al tercer mes, entre el 25 % y el 35 %; y al final del sexto mes, cubriendo prácticamente todos los accesos desde terceros países.
Los pasajeros deberán pasar por escáner facial o huellas dactilares (no ambas) en su primera entrada registrada en el sistema. Los datos quedarán almacenados durante tres años, salvo en casos de sobreestadía, donde algunos registros pueden mantenerse hasta cinco años. Aquellos que se nieguen a facilitar sus datos biométricos podrán ser denegados en la frontera. Los kioscos de autoservicio y las puertas biométricas automatizadas ya están desplegándose en puntos estratégicos como el terminal del Eurostar en Londres, el puerto de Dover o aeropuertos como Arlanda (Estocolmo), con el fin de agilizar los procesos.
Este nuevo mecanismo se considera indispensable para frenar las estancias irregulares y reforzar la seguridad ante el fraude documental o uso indebido de identidades, mientras pretende ofrecer un tránsito más eficiente y moderno para los viajeros de buena fe que visitan Europa. Sin embargo, algunos operadores aduaneros y países miembros han advertido que la introducción del EES podría generar congestiones temporales en aeropuertos y pasos fronterizos, especialmente en horarios punta, si la infraestructura o los recursos de personal no se preparan adecuadamente.
En paralelo al EES, se contempla el lanzamiento del Sistema de Información y Autorización de Viaje de la Unión Europea (ETIAS), previsto para el último trimestre de 2026, lo que añadirá otra capa: quienes actualmente no requieren visado para visitar Schengen deberán tramitar una autorización electrónica previa, vinculada al pasaporte y válida por tres años o hasta el vencimiento del mismo.
Aunque el sistema EES no exige ninguna acción anticipada por parte del viajero, sí es imprescindible contar con un pasaporte biométrico que incorpore chip electrónico. Los países de Schengen informarán a los viajeros a través de campañas de concienciación conforme se acerque la fecha de arranque, y se instalarán sistemas complementarios como apps móviles para registro previo cuando estén disponibles.
El despliegue del EES representa una de las reformas más significativas en la gestión de fronteras europeas de los últimos años, transformando los procesos tradicionales que están vigentes desde la creación del espacio Schengen. El nuevo sistema aspira a hacer más seguras, transparentes y eficientes las entradas y salidas, facilitando el tránsito de viajeros legales y reforzando la capacidad de detectar posibles irregularidades, en consonancia con los objetivos de la Agenda Europea sobre Migración y Seguridad.
El sector turístico y comercial ya ha comenzado a adaptarse ante la perspectiva de un control más digitalizado, y aunque se prevén retos logísticos, también se espera que a largo plazo mejore la fluidez en los trámites y reduzca el riesgo de errores humanos en las fronteras europeas.