El sistema aplicará exclusivamente a nacionales de terceros países —como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá— que realicen estancias de corta duración (hasta 90 días en un período de 180), ya sea por turismo, negocios o visitas familiares. Ciudadanos de la UE, residentes legales en el bloque, así como titulares de visados nacionales de larga duración, quedan exentos.
El impacto en el viajero será notable: ya no se sellará el pasaporte, sino que cada cruce de frontera implicará el escaneo del documento y la recolección de datos biométricos. Solo durante la primera entrada se capturan huellas y rostro; en entradas posteriores se cotejarán con los datos almacenados. Estos registros serán conservados durante tres años —o cinco si se excede la estancia permitida— garantizando transparencia y trazabilidad.
Desde las autoridades europeas se asegura que la puesta en marcha del EES supone un cambio estratégico hacia una Europa más avanzada como destino turístico, sin renunciar a la seguridad ni a la innovación tecnológica. Para minimizar efectos adversos en la experiencia del viajero, se adelantan campañas informativas, la instalación de quioscos biométricos y recursos humanos adicionales para evitar demoras durante el tránsito.
En el Reino Unido, los sistemas Eurostar y Eurotunnel ya preparan su infraestructura para la llegada del EES, duplicando cabinas y reforzando el personal de frontera. Así se evita la saturación en puntos como Dover y la estación de St Pancras, donde se instalarán quioscos adicionales para facilitar el flujo de pasajeros.
Aunque la medida traerá beneficios en términos de seguridad y trazabilidad, la patronal hotelera de la Costa del Sol ha manifestado su preocupación ante posibles colas y complicaciones que afecten la satisfacción del turista, un perfil en el que el mercado británico representa cerca del 27 % de los visitantes. Por ello, han instado a coordinar anticipadamente los recursos en aeropuertos y puertos clave.
Este avance se complementará con la implementación del sistema ETIAS (Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes), que se espera esté operativo a finales de 2026 y que exigirá una autorización previa para ciudadanos de países exentos de visado Schengen. Se prevé un periodo transitorio de gracia durante seis meses, por lo que no será obligatorio hasta 2027.
La entrada en vigor del EES representa un hito significativo en la modernización de los controles fronterizos europeos. Al sustituir el procedimiento manual por un enfoque biométrico y digitalizado, la UE se posiciona como referente global en sistemas de “fronteras inteligentes”: más seguros, precisos y compatibles con una experiencia de viaje ágil y transparente. Con la proximidad del 12 de octubre de 2025 y el despliegue sucesivo hasta abril de 2026, es el momento clave para que viajeros, compañías y operadores turísticos se preparen a una nueva era en la gestión de fronteras europeas.