Unión Europea: Escáneres avanzados ponen fin al límite de 100 ml en cabina

Unión Europea: Escáneres avanzados ponen fin al límite de 100 ml en cabina y sacar dispositivos electrónicos

01-08-25

La Unión Europea ha dado luz verde a una transformación histórica en los controles de seguridad aeroportuaria: los escáneres de última generación ya autorizados permitirán transportar líquidos en envases de más de 100 mililitros y eliminarán la obligación de sacar dispositivos electrónicos del equipaje de mano durante la inspección. Esta decisión, anunciada oficialmente el 29 de julio de 2025, desbloquea el uso de tecnología avanzada en unos 700 puntos de control en 21 países miembros.

La medida marca un cambio radical frente al modelo en vigor desde septiembre de 2024, que volvió a imponer restricciones estrictas como el límite de 100 ml por recipiente y la extracción de líquidos y dispositivos electrónicos durante los controles de seguridad, incluso en aeropuertos equipados previamente con escáneres C3 o G3. Con el visto bueno de la Conferencia Europea de Aviación Civil (CEAC), Bruselas ha revocado esa prohibición que había frenado el despliegue operativo de esta tecnología durante más de un año.

Esta generación de escáneres, conocida como EDSCB o C3, utiliza tomografía computarizada para generar imágenes tridimensionales de alta precisión, capaces de identificar sin riesgo sustancias potencialmente peligrosas sin requerir que los pasajeros retiren líquidos, tablets o portátiles del equipaje. Esta tecnología reduce considerablemente las colas, el estrés de los viajeros y las operaciones manuales en los mostradores de seguridad.

En concreto, las terminales que ya disponen de los escáneres operativos incluyen aeropuertos de gran tráfico como Fráncfort o Múnich en Alemania; Roma y Milán en Italia; Ámsterdam en Países Bajos; además de instalaciones en Francia, Grecia, Polonia, Suecia, Austria, Chipre, Letonia, Lituania, Rumanía, Estonia, Dinamarca, Malta, entre otros. Esta cobertura sitúa a la UE a la vanguardia en seguridad aeroportuaria sin sacrificar fluidez de tránsito para el pasajero.

Ahora corresponde a cada aeropuerto informar activamente a los viajeros sobre la disponibilidad y uso de estos nuevos equipos, con el fin de garantizar una transición informada y fluida hacia la nueva etapa.

Aunque el alto coste de adquisición y mantenimiento de estos escáneres ha ralentizado su implantación en algunos aeropuertos, la nueva autorización desbloquea la inversión y consolida el retorno de proyectos que habían quedado estancados por las restricciones previas.

El impacto sobre la experiencia del viajero es claro: ya no será necesario desembalar líquidos cosméticos, perfumes o cremas en envases de 100 ml; tampoco habrá que quitar laptops o tablets del equipaje. Este cambio reduce los tiempos de inspección, mitiga errores humanos y mejora la comodidad general del paso por seguridad.

Esta evolución responde a una necesidad de alinearse con los avances tecnológicos en detección de explosivos, manteniendo intactos los estándares de protección aérea sin sacrificar eficiencia operativa. A su vez, refuerza la competitividad de aeropuertos que habían apostado antes por la innovación tecnológica, y ahora pueden finalmente aprovechar plenamente su inversión.

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