Caribe en vilo

01-12-25

La industria turística del Caribe atraviesa un momento de incertidumbre creciente ante el riesgo de una posible intervención de los Estados Unidos en Venezuela, un escenario que, aunque aún no se ha materializado, ya genera tensiones palpables en gobiernos, aerolíneas, cadenas hoteleras y agencias de viaje de toda la región. El Caribe, profundamente dependiente de la estabilidad geopolítica y de la percepción de seguridad internacional, observa con preocupación cómo el deterioro de la situación venezolana y los mensajes contradictorios que circulan en los medios globales afectan las decisiones de los viajeros, especialmente de los mercados estadounidenses y europeos.

Históricamente, el Caribe ha demostrado una notable resiliencia ante huracanes, crisis económicas y emergencias sanitarias. Sin embargo, las crisis políticas y militares en su entorno inmediato suelen tener un impacto más profundo porque erosionan la imagen del Caribe como destino seguro, relajado y ajeno a conflictos. La posibilidad de operaciones militares cerca de rutas aéreas y marítimas estratégicas, sumada al flujo de migrantes venezolanos hacia varios países caribeños, genera un ambiente de tensión que repercute directamente en la planificación turística. Muchos operadores comienzan a reportar un aumento de consultas relacionadas con la seguridad, cambios en políticas de cancelación y dudas sobre las conexiones aéreas con países cercanos a Venezuela, especialmente Aruba, Curazao, Trinidad y Tobago, República Dominicana y Puerto Rico.