Bajo esta perspectiva, MITUR ha venido impulsando iniciativas que fortalezcan las capacidades de las comunidades rurales para ofrecer servicios turísticos de calidad, vinculando capacitación, promoción y apoyo para la creación de productos turísticos sostenibles. La estrategia institucional reconoce que el turismo rural es mucho más que una fuente de ingresos: es un instrumento para la preservación de la cultura viva, el rescate de saberes ancestrales y la valoración del patrimonio inmaterial salvadoreño, lo que en conjunto enriquece la experiencia del visitante. Asimismo, contribuye a la conservación del medio ambiente al incentivar prácticas responsables en destinos que dependen de sus recursos naturales para su atractivo turístico.
La ministra Valdez ha señalado que este modelo contribuye también a elevar los estándares de vida en las zonas rurales, al permitir que las poblaciones anfitrionas se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo. La participación activa de mujeres, jóvenes y familias en actividades como guianza, hospedaje comunitario, elaboración de artesanías y experiencias gastronómicas permiten una distribución más amplia de los beneficios que genera la industria turística. Desde la institucionalidad, se han impulsado programas de capacitación técnica, asesoría en gestión de emprendimientos y apoyo a iniciativas comunitarias que buscan profesionalizar la oferta rural y cultural.
El enfoque del Gobierno también está alineado con la mejora de conectividad y servicios básicos en estas zonas, para facilitar el acceso de turistas y garantizar estándares que incentiven la permanencia y el gasto promedio por visitante. Entre las acciones se incluyen la promoción de rutas turísticas que integran sitios arqueológicos, pueblos con identidad cultural, reservas naturales y festividades locales, generando así circuitos que atraen a diferentes segmentos de turistas. Este enfoque integral busca convertir a El Salvador en un destino distintivo en Centroamérica, donde la experiencia cultural y rural sea un sello de la marca país.
El turismo rural, además, es una herramienta clave para la recuperación y valorización de prácticas culturales tradicionales, tales como festivales, ferias artesanales, gastronomía típica y expresiones artísticas que sobreviven en comunidades históricas. Al promover estas manifestaciones dentro de productos turísticos estructurados, se fortalece la identidad colectiva y se potencia un sentido de orgullo local que a su vez retroalimenta la autenticidad de la experiencia turística. Esto genera un circuito virtuoso de conservación cultural y dinamización económica.
El Salvador ha venido registrando un incremento sostenido en la llegada de turistas internacionales y en la actividad turística en general, lo cual favorece un entorno propicio para consolidar nuevas formas de turismo que vayan más allá de los destinos tradicionales de sol y playa. Datos recientes estiman que el país superará los cuatro millones de visitantes internacionales, lo cual representa un contexto favorable para el crecimiento de segmentos como el turismo rural y cultural, que ofrecen experiencias diferenciadas y de alto valor agregado.
En este marco, se invita a empresarios, cooperativas, asociaciones comunitarias y emprendedores a integrarse a esta estrategia de desarrollo, con el fin de ampliar la oferta de servicios y fortalecer la competitividad de El Salvador como destino turístico diversificado. El turismo rural y cultural se presenta como una oportunidad para fomentar el desarrollo local sostenible, generar empleo, preservar tradiciones y poner en valor los recursos propios del país, articulándose con otras políticas de desarrollo económico y social que promueven bienestar y crecimiento inclusivo.
Con una visión estratégica que busca equidad territorial, sostenibilidad ambiental y valorización de la cultura, El Salvador está posicionando el turismo rural y cultural como un elemento distintivo de su propuesta turística, capaz de generar beneficios tangibles para las comunidades y experiencias memorables para los visitantes. Esta iniciativa contribuye a consolidar el posicionamiento del país como un destino integral en la escena internacional del turismo.