La política aeroportuaria india no se limita a la construcción de terminales. El país está fortaleciendo todo su ecosistema aeronáutico, desde aeródromos regionales hasta hubs especializados en mantenimiento, formación y manufactura aeronáutica. También se observa un crecimiento notable en el sector de los drones y en nuevas tecnologías vinculadas al transporte aéreo, que complementan una estrategia orientada a consolidar a la India como actor global en movilidad. Esta ampliación integral beneficia directamente al turismo, ya que permite diversificar los accesos, mejorar la distribución del flujo de visitantes y facilitar la llegada a regiones menos conocidas pero de alto potencial turístico.
Uno de los ejemplos más visibles de este impulso es Andhra Pradesh, estado que ya cuenta con siete aeropuertos operativos y otros tantos en desarrollo. Además de expandir su capacidad aérea, se proyecta convertirlo en un polo logístico y formativo para el sector. Este tipo de iniciativas subraya cómo la infraestructura aeroportuaria está siendo utilizada también como herramienta para atraer inversiones, redistribuir la actividad económica y dinamizar el turismo regional, elemento clave en la estrategia nacional de diversificación de destinos.
La relevancia del turismo en este proceso es indiscutible. La India recibió en los últimos años un creciente número de viajeros atraídos por su patrimonio cultural, espiritual y natural, y el Gobierno ha identificado en este flujo una oportunidad estratégica. La mejora de la conectividad es esencial para sostener dicho crecimiento, especialmente en un país vasto y diverso donde muchos destinos de interés se encuentran alejados de los grandes centros urbanos. Un aeropuerto cercano puede transformar la economía de una región, abrir nuevos corredores turísticos y favorecer el desarrollo de comunidades locales que encuentran en el turismo una fuente de empleo y prosperidad.
Sin embargo, el vertiginoso aumento en el número de aeropuertos plantea también importantes retos. La gestión eficiente del tráfico aéreo, la sostenibilidad ambiental, la integración con el transporte terrestre y la creación de servicios complementarios son piezas fundamentales para asegurar que la expansión tenga efectos positivos duraderos. La apuesta por construir infraestructura debe ir acompañada de políticas que impulsen un turismo responsable, que equilibre la llegada masiva de visitantes con la preservación del entorno y la cultura local.
Aun así, la dirección es clara: la India ha decidido convertir la conectividad aérea en un pilar de su transformación económica y turística. Inaugurar un aeropuerto cada 50 días es mucho más que un dato sorprendente; es la señal de un país que busca derribar barreras internas, fortalecer su competitividad internacional y facilitar que millones de viajeros descubran su vasto mosaico cultural. Si la gestión acompaña al ritmo de expansión, la India tiene la oportunidad de consolidarse como uno de los destinos más accesibles, dinámicos y atractivos del escenario global.