En esa misma línea, subrayó la conveniencia de simplificar procedimientos para facilitar los desplazamientos, de modo que viajar resulte más fluido para los turistas japoneses, al tiempo que se abren más oportunidades para que los ciudadanos kazajos conozcan la cultura y los activos turísticos de Japón.
La propuesta de un corredor turístico más amplio se enmarca en un objetivo mayor: diversificar el relacionamiento internacional de Kazajistán y crear nuevos vínculos económicos más allá de los canales tradicionales de comercio e inversión. En este enfoque, el turismo se concibe cada vez más como un sector estratégico capaz de contribuir a la creación de empleo, al fortalecimiento de pequeñas y medianas empresas y a la dinamización del intercambio cultural, complementando otras áreas prioritarias como infraestructura, innovación y educación. Durante sus declaraciones, el presidente también felicitó a Japón por la organización de la Expo 2025 en Osaka, destacando cómo los grandes eventos globales pueden estimular el interés internacional y favorecer un clima de cooperación y acercamiento cultural.
Junto con el turismo, Tokayev mencionó ámbitos adicionales de cooperación cultural y deportiva, incluyendo la promoción en Kazajistán de artes marciales japonesas tradicionales como el judo, el sumo y el kendo. Señaló que estas disciplinas conectan con la sólida cultura deportiva del país y con valores compartidos como la disciplina y el respeto, y que pueden convertirse en canales de relación entre sociedades más allá de la oferta turística convencional. En este contexto, Kazajistán se prepara para acoger el Campeonato Mundial de Judo en 2027, un hito que refuerza su perfil como sede de eventos deportivos internacionales y como espacio de diplomacia cultural.
La cumbre en Tokio culminó con la adopción de la Declaración de Tokio, un documento que reafirma la voluntad de los Estados participantes de reforzar la cooperación en múltiples dimensiones, incluido el turismo, además de comercio, innovación y otras líneas de trabajo. Más allá de las propuestas de facilitación turística, en los contactos bilaterales también se abordaron posibles colaboraciones en infraestructura, tecnología digital y cooperación académica. Tokayev planteó, asimismo, la posibilidad de abrir oficinas de representación de universidades japonesas en Kazajistán, con el fin de consolidar la educación y la investigación como pilares complementarios para una relación sostenida y de largo recorrido entre ambos países.
Este impulso de la cooperación con Japón se alinea con la política exterior multivectorial de Kazajistán, orientada a equilibrar y ampliar alianzas con socios globales en Asia, Europa y otras regiones. El marco del diálogo Asia Central–Japón ofrece un espacio específico para que los países de la región articulen intereses comunes, fortalezcan conectividad y atraigan inversión japonesa en sectores donde el turismo, la valorización del patrimonio y el desarrollo sostenible pueden desempeñar un papel decisivo. Para Japón, Asia Central representa una oportunidad de relación con culturas y mercados diversos, reforzando el interés de Tokio por ampliar su proyección diplomática y económica en Eurasia.
Entre los pasos prácticos para materializar esta agenda turística figuran el impulso de diálogos empresariales B2B, iniciativas conjuntas de promoción y viajes exploratorios de compañías turísticas japonesas. En esta línea, ya se han producido contactos con actores del sector para evaluar destinos clave y explorar la codiseñación de paquetes que destaquen la riqueza natural, los sitios históricos y la oferta urbana de Kazajistán. Estas aproximaciones reflejan un reconocimiento compartido: una cooperación turística más intensa puede generar beneficios tangibles para ambos países y abrir nuevas vías de intercambio cultural y económico.
En un contexto de recuperación y evolución del turismo internacional, los países buscan cada vez más marcos de colaboración que maximicen conectividad, diversifiquen productos turísticos y profundicen los lazos interculturales. La iniciativa de Kazajistán hacia Japón se inserta en una aspiración regional más amplia de posicionar Asia Central como destino atractivo para viajeros internacionales, al tiempo que promueve una apertura creciente de su ciudadanía al mundo. El diálogo de Tokio representa, así, un momento relevante para avanzar en una hoja de ruta que integra turismo, deporte, educación y cooperación económica, sentando bases para una nueva etapa de relación entre Kazajistán, Japón y sus socios regionales.