Los comercios locales han recuperado sus puestos con gastronomía tradicional, regalos artesanales, adornos de temporada y bebidas calientes, configurando un ambiente que combina celebración religiosa con encuentro social y dinamismo comercial. Un rasgo distintivo de esta edición es su carácter más distribuido: los mercados, espectáculos y reuniones comunitarias se han extendido por distintos puntos de la ciudad, en lugar de concentrarse en un único recinto, lo que favorece una participación cívica más amplia y estimula la exploración del patrimonio cultural de Nazaret.
La reactivación es el resultado de esfuerzos coordinados entre comunidades religiosas, autoridades municipales y el Ministerio de Turismo. Con la mejora relativa de las condiciones de seguridad tras un periodo de tensiones que restringió los desplazamientos y las concentraciones públicas, asociaciones vecinales y grupos vinculados a las iglesias impulsaron la planificación de eventos y la recuperación del calendario festivo. Paralelamente, las instituciones públicas reforzaron la iluminación urbana, instalaron decoración navideña en puntos estratégicos de acceso al casco histórico y promovieron acciones de comunicación orientadas a atraer tanto al mercado interno como al internacional. El objetivo inmediato es recuperar volúmenes significativos de visitantes durante la temporada, como parte de una estrategia más amplia para reactivar el turismo religioso en el conjunto de la región.
Para la economía local, el retorno de la Navidad aporta un alivio medible tras dos años de fuerte contracción. Hoteleros, restauradores y pequeños comerciantes habían sufrido una caída drástica de ingresos cuando se interrumpió el flujo habitual de peregrinos y viajeros de fin de año, quedando muchos negocios dependientes de una demanda local limitada. La presencia renovada de visitantes ya se traduce en mayor movimiento en hoteles, restaurantes y comercios, y se percibe un optimismo prudente ante la posibilidad de que esta tendencia se consolide más allá de diciembre. Aunque las cifras de peregrinación internacional todavía no alcanzan niveles previos a la pandemia, destaca el papel del turismo doméstico: numerosos visitantes proceden de otras zonas de Israel, incluyendo familias judías y musulmanas atraídas por el ambiente festivo, los mercados y la oferta cultural, además de los cristianos que acuden por motivos de culto.
La programación navideña también ha recuperado propuestas culturales complementarias que amplían el atractivo del destino. Han regresado conciertos de música clásica y actuaciones corales en espacios que en otras épocas concentraban parte de la agenda artística de la ciudad, en algunos casos con colaboraciones entre intérpretes árabes y judíos. Este enfoque contribuye a proyectar Nazaret no solo como lugar de peregrinación, sino también como escenario de intercambio cultural y de expresión artística, integrando la dimensión religiosa con una experiencia urbana más completa.
No obstante, los actores del sector insisten en que la recuperación sigue siendo frágil y desigual. Algunos establecimientos situados en arterias comerciales clave aún no han retomado su actividad plena, y otros han reabierto de manera parcial, centrando sus esfuerzos en aprovechar el periodo navideño para compensar pérdidas acumuladas. Profesionales del turismo subrayan que, para alcanzar una recuperación sostenida y estable, será necesario mantener la coordinación entre administraciones, instituciones religiosas y sector privado, al tiempo que se refuerza la confianza del mercado internacional en materia de seguridad, accesibilidad y continuidad de la oferta.
Aun así, para residentes y visitantes, ver de nuevo plazas concurridas, calles iluminadas y celebraciones activas tiene un significado que supera los indicadores económicos. En una ciudad íntimamente vinculada a los relatos fundacionales del cristianismo, la vuelta de las tradiciones navideñas funciona como reafirmación de identidad, resiliencia y esperanza. Este renacer fortalece la posición de Nazaret dentro del mapa del turismo cristiano y contribuye a la revitalización cultural y espiritual de la región, con un mensaje claro: la ciudad vuelve a abrir sus puertas al peregrino y al viajero, recuperando, paso a paso, su pulso histórico en el tiempo de la Navidad.
Autor: Johan Ohler
Periodista de viajes de viaje en Israel