San Francisco Javier, figura inspiradora y Patrón del Turismo desde 1952

03-12-25

San Francisco Javier ocupa un lugar central en la historia espiritual y cultural del turismo moderno. Su proclamación como Patrón del Turismo en 1952, durante el pontificado de Pío XII, no fue un simple gesto simbólico, sino un reconocimiento profundo a una vida marcada por el viaje, la exploración, el encuentro entre culturas y la misión de tender puentes entre pueblos distantes. A más de siete décadas de aquella declaración, su figura continúa siendo una referencia para comprender el sentido humanista —y también espiritual— que puede adquirir el acto de viajar.

La designación de San Francisco Javier como patrón está directamente vinculada a su vida extraordinaria. Nacido en 1506 en el Castillo de Javier, en Navarra, desarrolló una vocación que lo llevó a convertirse en uno de los grandes misioneros de la Compañía de Jesús. Su trayectoria vital se define por la movilidad constante y por un impulso inagotable por conocer y comprender el mundo. Viajó a territorios remotos en un tiempo en el que desplazarse a miles de kilómetros significaba un riesgo extremo y una aventura que podía costar la vida. Desde Europa hasta la India, Japón y las costas cercanas a China, sus travesías no solo implicaron largas rutas marítimas y contacto con realidades desconocidas, sino un ejercicio permanente de diálogo intercultural. En esa experiencia profunda de itinerancia se encuentra una parte esencial del fundamento que motivó su elección como patrono.