El sistema de devolución de impuestos se ha modernizado con el objetivo de simplificar los procesos y ofrecer reembolsos inmediatos en el punto de compra, utilizando plataformas digitales como Alipay, lo cual elimina barreras administrativas frecuentes en otros mercados. En ciudades como Hangzhou, por ejemplo, cientos de comerciantes ya ofrecen servicios de devolución de impuestos en el momento, lo que permite a los visitantes recuperar parte del IVA sin tener que esperar hasta su salida del país. Este enfoque ha reducido significativamente los tiempos y la complejidad del trámite, incentivando a muchos turistas a realizar compras de alto valor durante su estancia.
Paralelamente, la expansión de tiendas “duty-free” urbanas en metrópolis como Guangzhou, Chengdu y Shenzhen ha ampliado el acceso a productos importados y domésticos exentos de impuestos y aranceles locales. Estas tiendas no se limitan a la oferta tradicional de artículos de lujo o cosméticos, sino que incluyen una amplia gama de dispositivos tecnológicos y productos innovadores, lo que ha contribuido a que las compras de gadgets formen parte deliberada de la agenda turística. Esta oferta diversificada ha sido determinante para atraer a viajeros que buscan productos que, en muchos casos, tienen precios más competitivos que en sus mercados de origen.
La política de visado también ha desempeñado un papel fundamental en este cambio de comportamiento. Con la ampliación de los acuerdos de exención de visa y la implementación de esquemas de tránsito sin visado para ciudadanos de numerosos países, millones de viajeros han encontrado más fácil y atractivo viajar a China. Esta facilidad de acceso se traduce en un flujo constante de visitantes que, además de explorar los atractivos culturales e históricos del país, destinan una parte significativa de su presupuesto a compras tecnológicas.
Los beneficios para los turistas son múltiples: además de las ventajas económicas derivadas de los reembolsos fiscales y compras duty-free, la integración de la experiencia de compra con el turismo cultural y de ocio hace que ciudades como Beijing, Shanghai o Shenzhen se perciban como destinos completos donde explorar tecnología de vanguardia es tan relevante como visitar museos o monumentos. La interconexión entre el recorrido turístico y las oportunidades de compra ha generado nuevas rutas y recomendaciones en guías de viaje y redes sociales, reforzando la idea de que China no es solo un lugar para ver, sino también para adquirir innovación tecnológica.
Sin embargo, esta tendencia también plantea desafíos. Los visitantes deben ser conscientes de las normas aduaneras y restricciones de cantidades para uso personal, ya que exceder estos límites puede generar obligaciones fiscales adicionales al salir del país. Asimismo, la compra de productos tecnológicos de alto valor implica una planificación presupuestaria cuidadosa y la consideración de aspectos logísticos como el peso del equipaje y las políticas de garantía o soporte técnico en sus países de origen.
El creciente fenómeno del turismo de compras de tecnología “Made in China” representa una convergencia entre políticas públicas diseñadas para incentivar el consumo, el atractivo de productos tecnológicos competitivos y una experiencia de viaje enriquecida. A medida que las políticas de reembolso de impuestos y tiendas duty-free continúan evolucionando, China refuerza su posición no solo como un destino turístico tradicional, sino también como un centro global de consumo tecnológico para viajeros de todo el mundo.