El Reino Unido se sitúa en la cuarta posición. Los consumidores británicos destinan el 8,8% de sus ingresos a compras en línea, sumando más de $4,000 anuales, el gasto más alto entre todos los países analizados.
México se ubica en el quinto lugar. Aunque casi dos tercios de los mexicanos (64,5%) realizan compras en línea mensualmente y dedican alrededor de tres horas semanales a navegar, su gasto promedio es bastante conservador, marcando el gasto per cápita más bajo entre todas las naciones encuestadas.
Estados Unidos ocupa el sexto lugar, con el porcentaje más alto de personas que compran en línea mensualmente (67,5%), pero los consumidores pasan solo 2 horas y 5 minutos semanales en el comercio electrónico.
Los Países Bajos se sitúan en la séptima posición, con alrededor del 58% de los consumidores holandeses comprando mensualmente y destinando el 5% de sus ingresos al comercio electrónico. Esta participación constante destaca hábitos de compra en línea consistentes.
Polonia ocupa el octavo lugar, con consumidores que pasan 1 hora y 44 minutos semanales comprando en línea, y el 60,1% compra mensualmente. El modesto porcentaje de ingresos gastados en línea es del 3,1%, lo que indica un enfoque más consciente de los costos en comparación con los países mejor clasificados.
Suecia se encuentra en la novena posición, con consumidores que pasan el menor tiempo comprando en línea, solo 38 minutos semanales, y el 55,68% de la población compra mensualmente. A pesar de la menor participación, sus hábitos de comercio electrónico se mantienen constantes, con un 3,1% de los ingresos destinados a compras en línea, similar a Polonia.
Francia cierra el top ten. Los consumidores franceses pasan 1 hora y 45 minutos semanales en línea, y el 43,4% compra mensualmente, la tasa de participación más baja entre los países mejor clasificados. Sin embargo, el 4,3% de los ingresos se gasta en línea, enfocándose en compras de calidad sobre la frecuencia.
Un portavoz de Public Desire comentó sobre el estudio, señalando que el futuro del comercio electrónico está siendo moldeado por la integración de las redes sociales y los pagos móviles. "Lo que es fascinante es que la infraestructura de pagos digitales de un país ahora predice el compromiso con las compras en línea mejor que su estatus económico. Estamos viendo esto especialmente en el comercio social, donde los consumidores pasan un tiempo considerable navegando e interactuando con contenido de compras como parte de su rutina diaria en las redes sociales. El éxito en este nuevo panorama no se trata solo de transacciones, sino de crear espacios digitales donde las compras se mezclen naturalmente con la interacción social y el entretenimiento".
Este estudio destaca cómo las tendencias de compras en línea varían en todo el mundo, influenciadas por factores culturales, económicos y tecnológicos. A medida que el comercio electrónico continúa evolucionando, comprender estas diferencias será crucial para las empresas que buscan expandirse en mercados globales.
Además, la creciente importancia de las redes sociales y los pagos móviles en las decisiones de compra subraya la necesidad de que las empresas adapten sus estrategias de marketing y ventas para alinearse con las preferencias cambiantes de los consumidores. La creación de experiencias de compra en línea que integren sin problemas la interacción social y el entretenimiento puede convertirse en un diferenciador clave en el competitivo panorama del comercio electrónico actual.