Mientras se lleva a cabo la construcción del nuevo aeropuerto, el actual Aeropuerto Humberto Delgado seguirá operando y se someterá a mejoras para aumentar su capacidad hasta 45 movimientos por hora. Estas inversiones son necesarias para hacer frente a la congestión actual, ya que el aeropuerto ha estado operando por encima de los límites recomendados por la Organización Internacional de Aviación Civil desde 2018.
El proyecto del nuevo aeropuerto se complementa con otras iniciativas de infraestructura, como la construcción de una tercera travesía sobre el río Tajo, que mejorará la conectividad entre el aeropuerto y el centro de Lisboa, y la implementación de una conexión ferroviaria de alta velocidad entre Lisboa y Madrid, con el objetivo de reducir el tiempo de viaje entre las dos capitales a menos de tres horas para el año 2034.
Estas decisiones estratégicas buscan no solo mejorar la infraestructura de transporte del país, sino también estimular la competitividad de la economía portuguesa, atraer inversiones y promover la cohesión territorial. El primer ministro, Luís Montenegro, ha subrayado que estas decisiones, aunque rápidas, han sido cuidadosamente ponderadas y fundamentadas en evaluaciones técnicas, y que son esenciales para garantizar el desarrollo sostenible y el crecimiento económico de Portugal en las próximas décadas.
El Gobierno portugués ha solicitado a ANA-Aeroportos de Portugal, la empresa concesionaria de los aeropuertos del país, que elabore una propuesta formal para la construcción y gestión del nuevo aeropuerto en Alcochete. Esta propuesta deberá incluir un plan de financiación que no requiera una contribución directa del Presupuesto del Estado, y cumplir con los requisitos establecidos por el Gobierno, como la reducción del coste total del proyecto, el pleno cumplimiento de la legislación ambiental y la reducción de la duración de la construcción, que actualmente se prevé que dure seis años.
El Aeropuerto Luís de Camões está diseñado para convertirse en un importante hub de aviación en Europa, fortaleciendo la posición de Portugal en el mapa de la aviación internacional y proporcionando una infraestructura moderna y eficiente que satisfaga las necesidades de pasajeros y aerolíneas en las próximas décadas. Con su capacidad de expansión y su integración con otras infraestructuras de transporte, el nuevo aeropuerto está llamado a desempeñar un papel clave en el desarrollo económico y social de la región de Lisboa y de todo el país.
Además de mejorar la conectividad aérea, el proyecto del nuevo aeropuerto y las infraestructuras asociadas contribuirán a la creación de empleo y al desarrollo de nuevas oportunidades de negocio en sectores como el turismo, la logística y el comercio. La construcción del aeropuerto y las infraestructuras complementarias también impulsarán la inversión en tecnología y sostenibilidad, asegurando que Portugal esté a la vanguardia de las tendencias globales en transporte y desarrollo urbano.