China elimina el visado para 75 países

China elimina el visado para 75 países

13-07-25

China ha dado un paso decisivo para convertir el turismo internacional en uno de sus grandes motores económicos y de influencia global: a partir de mediados de julio, los ciudadanos de 75 países podrán visitar el país sin necesidad de visado por un periodo de hasta 30 días. Esta medida emblemática responde a una estrategia renovadora que busca recuperar el impulso turístico tras el estricto confinamiento impuesto durante la pandemia, al tiempo que refuerza su atractivo cultural, económico y diplomático.

La apertura comenzó con la incorporación de naciones europeas clave —Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España— junto con algunos países asiáticos como Malasia, Japón, Corea del Sur y Singapur, y se ha extendido progresivamente a Sudamérica, con Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay, así como Uzbekistán y varios países del Golfo. El 16 de julio se suma Azerbaiyán a la lista, consolidándose así la cifra de 75 estados beneficiarios. Con esta medida, China pone fin a años de restricciones que limitaban severamente los viajes extranjeros, el cambio más notable desde los cierres derivados del “cero COVID”.

Los datos hablan por sí solos: en 2024 entraron más de 20 millones de viajeros internacionales sin visado, doblando la cifra del año precedente y representando cerca del 30 % del total de visitantes extranjeros. Solo en Shanghai, los viajeros visa-free alcanzaron 1,3 millones en la primera mitad de 2025 —esto es un crecimiento interanual del 45 % en llegadas internacionales en esa ciudad fijada como hub turístico y de negocios.

Las agencias de viajes y operadores locales confirman el efecto inmediato: Trip.com ha reportado que las reservas de vuelos, hoteles y otros servicios turísticos se han duplicado en el primer trimestre de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior, con un 75 % de estos viajeros provenientes de los países que ya disfrutan del visado exento. WildChina y otras firmas especializadas atribuyen a esta medida un aumento del 50 % en su actividad, especialmente en rutas de lujo y experiencias culturales premium.

Pero la medida no solo beneficia el turismo: forma parte de una estrategia gubernamental de “diplomacia de personas”, que busca mejorar la imagen internacional de China y promover un intercambio cultural más fluido. Tras años de obras públicas, aeropuertos modernizados, trenes de alta velocidad y centros de compras globales, las autoridades están convencidas de que los turistas extranjeros contribuirán a una narrativa más positiva del país, reduciendo la brecha generada por tensiones políticas o rivalidades existente con otras potencias.

El esquema contempla también un régimen de tránsito de hasta 10 días sin visado a 60 puntos de entrada, aplicable a quienes viajen desde países aún no incluidos entre los 75. Esta opción puede aprovecharse en vuelos de conexión hacia un tercer destino, lo que abre oportunidades adicionales tanto para viajeros noramericanos como europeos. De este modo, ciudadanos de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia e incluso Suecia pueden beneficiarse de esta alternativa.

Resulta especialmente significativa la ausencia, por ahora, de grandes países africanos en el programa, a pesar de la relación preferente que mantienen con Beijing. Asimismo, ninguna nación mexicana o nigeriana figura entre los 75 actuales, tema que según fuentes diplomáticas figura en las agendas de futuras revisiones.

La iniciativa se alinea con estudios recientes que sitúan al turismo como una de las claves de la recuperación económica del país: en 2025 se espera que el sector genere ingresos de hasta 13,7 billones de yuanes y sostenga más de 83 millones de empleos. Además, las cifras de 2025 ya muestran un ritmo de crecimiento constante, con ciudades como Shanghai rebasando niveles prepandemia en cuanto a visitantes extranjeros.

Con esta ofensiva diplomática-turística, Chinaidad no solo refuerza su mercado interno, sino que pone en práctica una alternativa suave y cultural ante el proteccionismo y la restrictividad migratoria de otros países, como Estados Unidos. El contraste entre ambas políticas resulta cada vez más evidente, y países de Europa, Asia, Sudamérica y el Golfo están respondiendo con una oleada de interés renovado por visitar China.

La eliminación del visado para 75 países marca una etapa histórica para el turismo chino: no solo en escala y volumen, sino también en el impacto que este flujo de visitantes promete ejercer sobre la percepción internacional del país. Tras años de aislamiento, China se muestra hoy como un destino accesible, moderno y receptivo, decidido a recuperar su posición en el escenario global.

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