La conectividad aérea es una de las columnas vertebrales del éxito turístico. Desde 2019, la capacidad de plazas ha aumentado continuamente y se estima un alza del 14,5 % en asientos aéreos para 2025, favoreciendo especialmente la llegada de viajeros de Europa Occidental, Noreste Asiático y Sudeste Asiático, mercados que crecieron un 24 % en 2024. Las aerolíneas nacionales, como Emirates y Etihad, junto con una creciente oferta de compañías de bajo coste, han sido clave para esta estrategia.
El desarrollo de la oferta hotelera también ha sido notable. A la amplia gama de lujo, con iconos como el Burj Al Arab o el hotel Atlantis The Royal, se suma una apuesta decidida por la gama media y lifestyle. Cadenas como Moxy y Mama Shelter están desembarcando en Dubái, dirigidas a turistas más jóvenes y aspiracionales y ampliando así la base de visitantes. Además, se espera que la ocupación promedio en los siete emiratos supere el 77 %, con cerca de 75 millones de noches hoteleras registradas entre enero y septiembre de 2024, lo que representa un aumento anual del 8 %.
La inversión en infraestructuras es otro pilar esencial. Desde aeropuertos ultramodernos —el Aeropuerto Internacional de Dubái aspira a ser el mayor del mundo— hasta la creación de islas artificiales (como Palm y The World), parques temáticos colosales, museos, centros culturales y puertos, los EAU han transformado radicalmente su geografía y oferta.
En el ámbito cultural, destaca la ambición de Saadiyat Island, en Abu Dhabi, para erigirse como un polo de arte internacional con la presencia del Louvre Abu Dhabi, y futuros proyectos como el Zayed National Museum o el Guggenheim Abu Dhabi —todas enclavadas en una isla que se perfila como un epicentro cultural de alcance global. Este movimiento no solo eleva la oferta turística, sino que potencia la narrativa de los Emiratos como destino de experiencias culturales, no solo de ocio.
Asimismo, los EAU han integrado el deporte en su oferta turística. Dubái alberga eventos internacionales como el torneo ATP 500 de tenis o el torneo P1 de pádel, alberga infraestructuras deportivas modernas —forjadas mediante la Agenda Dubai 2033— y aspira a acoger grandes citas como la Final Four de la Euroliga o, incluso, una Copa del Mundo de fútbol en 2042. Estas iniciativas diversifican la propuesta más allá del turismo tradicional y proyectan un destino activo y dinámico.
La sostenibilidad y la innovación completan el marco estratégico. Los Emiratos apuestan por el crecimiento responsable, con proyectos energéticos como Masdar City en Abu Dhabi, una ciudad de cero emisiones, y la promoción de conexiones inter-emiratíes en itinerarios combinados que integran desierto, mar, cultura y deporte.
Los Emiratos Árabes Unidos combinan en su fórmula fortalecimiento aéreo, turismo de lujo y gama media, cultura internacional, eventos deportivos y sostenibilidad. Su liderazgo se refleja en indicadores como el peso del turismo en el PIB, el aumento de plazas aéreas, la ocupación hotelera o la generación de grandes nombres en la OMT. Si a esto añadimos la presidencia de Shaikha Al Nowais en la OMT, el país consolida su posición no ya solo como destino, sino como autoridad global en la industria turística. La capacidad de adaptarse a nuevos públicos, diversificar su oferta y anticiparse a las tendencias convierte a los Emiratos en uno de los actores más dinámicos e influyentes del turismo mundial, marcando también el rumbo de los grandes desafíos de la próxima década.