El informe —basado en datos de 72 países y elaborado en colaboración con la firma Rockport Analytics— destaca que este crecimiento no es homogéneo en todas las regiones. América del Norte y Europa Occidental lideran la recuperación, impulsadas por el dinamismo de sus economías, la mayor estabilidad institucional y la acelerada adopción de tecnologías digitales para la planificación y gestión de viajes. Por otro lado, regiones como Asia-Pacífico y América Latina muestran un avance más gradual, condicionado por factores como la inflación, las fluctuaciones cambiarias y tensiones políticas internas.
El comportamiento de las empresas también está cambiando. El nuevo paradigma de los viajes de negocios no busca únicamente la rentabilidad inmediata, sino que incorpora criterios de sostenibilidad, eficiencia energética y responsabilidad social. Muchas corporaciones están estableciendo políticas más restrictivas respecto a los desplazamientos presenciales, priorizando aquellos con un alto valor estratégico o que refuercen relaciones clave. A su vez, se están invirtiendo recursos en herramientas digitales que permiten una planificación más inteligente, con mayor control del gasto y menor huella ambiental.
En este contexto, las tendencias tecnológicas están desempeñando un papel fundamental. Soluciones basadas en inteligencia artificial, análisis predictivo y automatización de procesos están optimizando la toma de decisiones en tiempo real. Plataformas avanzadas permiten comparar precios, gestionar reservas y evaluar la huella de carbono de cada itinerario, lo que convierte al viaje de negocios en una actividad cada vez más eficiente y alineada con los compromisos ESG de las compañías.
No obstante, el sector no está exento de riesgos. El informe advierte sobre la fragilidad del entorno internacional, afectado por conflictos bélicos, crisis migratorias, tensiones comerciales entre grandes bloques económicos y catástrofes climáticas. Asimismo, los altos costes energéticos y la incertidumbre inflacionaria podrían impactar en las previsiones de crecimiento. A pesar de estos factores, la GBTA mantiene una visión optimista, al observar que la demanda se mantiene sólida y que las empresas consideran los viajes como un componente estratégico indispensable para su desarrollo global.
En paralelo, los actores del ecosistema turístico, como aerolíneas, cadenas hoteleras y agencias especializadas en viajes de negocios, están adaptando su oferta a las nuevas exigencias del cliente corporativo. La personalización del servicio, la digitalización de la experiencia y la flexibilidad en las políticas de cancelación o cambios son ahora diferenciadores clave para captar y fidelizar a un público empresarial más exigente, consciente y enfocado en el retorno de inversión.
Cabe destacar que el informe de la GBTA no solo cuantifica el gasto, sino que también ofrece una visión cualitativa de las prioridades del sector. En este sentido, el valor del “viaje útil” —aquél que genera resultados tangibles— se ha convertido en una métrica relevante para muchas organizaciones. El networking, la exploración de nuevos mercados, la firma de acuerdos y la asistencia a eventos estratégicos siguen siendo razones poderosas que justifican la inversión en movilidad profesional.
En suma, el gasto en viajes de negocios no solo está recuperando terreno, sino que está reconfigurando sus fundamentos. La previsión de un récord histórico para 2025 refleja tanto el empuje del tejido empresarial global como la capacidad de adaptación de un sector que ha sabido responder a las adversidades con innovación, responsabilidad y visión de futuro. El reto de los próximos años será mantener este impulso en un mundo cada vez más complejo, apostando por una movilidad profesional más inteligente, sostenible y humana.