El repunte es especialmente significativo en el ámbito internacional, donde el tráfico de pasajeros creció un 15.8%, superando en algunos mercados incluso las cifras previas a la pandemia. Este fenómeno está siendo impulsado por la reactivación de la movilidad global, la flexibilización de las restricciones sanitarias y la recuperación de la confianza por parte de los viajeros.
En el caso del tráfico doméstico, aunque el ritmo de crecimiento fue más moderado, con un alza del 4%, se mantiene una tendencia positiva y constante que refleja la fortaleza de los mercados internos, particularmente en grandes economías como Estados Unidos, India y China. Estos países están ejerciendo un papel clave en la estabilización del sector, gracias a su alta densidad de vuelos internos, una demanda resiliente y políticas de estímulo a la conectividad regional.
Willie Walsh, director general de IATA, destacó que el incremento del tráfico de pasajeros en abril es una señal clara del apetito de los consumidores por viajar, así como de la capacidad del sector aéreo para responder de manera ágil a la demanda. Según Walsh, el entorno operativo sigue presentando desafíos, como el encarecimiento del combustible, las tensiones geopolíticas en algunas regiones y la escasez de personal en determinadas terminales aeroportuarias. No obstante, subraya que las aerolíneas están demostrando una gran capacidad de adaptación, reestructuración y eficiencia, incluso en un entorno internacional volátil.
Este panorama alentador tiene además implicaciones económicas importantes. El aumento del tráfico aéreo no solo es un indicador de la recuperación del turismo global, sino también un motor de dinamismo para otros sectores clave, como el comercio internacional, la inversión empresarial y la generación de empleo en torno a la industria de los viajes. La progresiva vuelta a niveles prepandemia está reactivando cadenas de valor interdependientes que dependen directamente de la conectividad aérea.
Los datos de abril también confirman una tendencia que se viene consolidando desde mediados de 2023: la recuperación no es uniforme en todas las regiones. Mientras mercados como Asia-Pacífico y América Latina están mostrando un crecimiento acelerado y sostenido, otras regiones como África y parte de Europa del Este enfrentan una recuperación más lenta, influida por factores económicos, políticos y estructurales. Esta disparidad está llevando a las aerolíneas a replantear sus estrategias de expansión, priorizando destinos con mayor rentabilidad, previsibilidad y demanda proyectada.
En este contexto de dinamismo, las inversiones en flota, innovación tecnológica y sostenibilidad se han convertido en elementos clave para las aerolíneas que desean mantenerse competitivas. Las compañías están apostando por aviones más eficientes, sistemas digitales que optimicen la experiencia del pasajero y medidas que reduzcan su huella de carbono, en línea con las exigencias de los organismos internacionales y de los propios consumidores.