La estrategia contempla no solo la recuperación y puesta en valor de sitios de profundo significado histórico y devocional, sino también la creación de rutas temáticas, el fomento de actividades culturales vinculadas a la fe, y la mejora de la conectividad y los servicios en torno a estos espacios. Duarte destacó que el turismo religioso no solo fortalece la identidad nacional, sino que también genera un impacto económico directo en comunidades locales, promueve la descentralización del desarrollo y contribuye a la preservación del patrimonio tangible e intangible.
Entre los proyectos clave se encuentran la consolidación del circuito de las Reducciones Jesuíticas, la restauración de templos coloniales y la valorización de festividades religiosas como la de la Virgen de Caacupé, patrona del país, que cada año congrega a cientos de miles de peregrinos. También se contempla la creación de centros de interpretación y puntos de información turística que faciliten una experiencia enriquecedora para los visitantes. En paralelo, el plan incluye acciones de capacitación para guías, artesanos y emprendedores locales, así como campañas de sensibilización sobre el valor cultural y espiritual de los sitios sagrados.
En ese contexto, la ministra de Turismo señaló que esta nueva etapa en el desarrollo del turismo religioso responde a una visión integral de sostenibilidad y diversidad de la oferta turística paraguaya. “Paraguay tiene un enorme potencial en el ámbito del turismo espiritual, gracias a su historia misional, su arquitectura religiosa y sus tradiciones populares. Con esta inversión, queremos no solo atraer visitantes, sino también fortalecer el orgullo de nuestra gente y promover un desarrollo armónico de los territorios”, declaró.
El anuncio también marca el inicio de una nueva colaboración con diversas diócesis, congregaciones religiosas y asociaciones de fieles, que desempeñarán un papel esencial en la gestión de los destinos religiosos y en la elaboración de contenidos interpretativos que respeten la autenticidad y el sentido profundo de cada lugar. La alianza con el sector privado será igualmente fundamental para garantizar la calidad de la experiencia del visitante, así como para ampliar la oferta de servicios complementarios como alojamientos, gastronomía y productos artesanales.
Durante el evento, se remarcó la importancia de trabajar con una mirada inclusiva que permita a las comunidades locales apropiarse del proceso y beneficiarse del mismo, fomentando así la cohesión social y la sostenibilidad a largo plazo. También se hizo hincapié en la necesidad de integrar estas acciones con los planes nacionales de desarrollo turístico y con las directrices de organismos internacionales que promueven el turismo responsable y accesible para todos.
Este esfuerzo conjunto busca convertir al turismo religioso en una verdadera herramienta de desarrollo cultural, económico y social para Paraguay. La inversión anunciada es, por tanto, mucho más que un aporte financiero: representa una apuesta por un modelo de turismo con identidad, con valores y con vocación de permanencia, que sitúe al país como un referente regional en la materia.