El impacto económico de este auge turístico es significativo. Según el estudio 'Información Financiera y No Financiera en el Sector del Turismo en España' del Consejo General de Economistas de España (CGE), se prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) turístico del país crezca un 3,6% en 2025, después del 6% estimado para 2024, superando nuevamente el crecimiento del conjunto de la economía española. Este incremento situaría la contribución del turismo al PIB nacional en un 13,2%, un aumento de dos puntos porcentuales en comparación con 2024.
El turismo doméstico también muestra signos positivos, con un crecimiento proyectado del 1,2% para 2025. Por su parte, el turismo internacional podría experimentar un incremento del 4,5%, consolidando a España como el segundo país más visitado del mundo, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Sin embargo, este crecimiento plantea desafíos significativos. La masificación turística en destinos populares ha reavivado debates sobre la sostenibilidad y el impacto medioambiental. Comunidades como Cataluña, Baleares, Canarias, Andalucía y la Comunidad Valenciana, que concentran la mayor afluencia de turistas, enfrentan retos relacionados con la estacionalidad y la presión sobre los recursos locales. La Comunidad Valenciana, en particular, ha experimentado el mayor crecimiento a nivel nacional desde 2019.
En respuesta a estos desafíos, el sector turístico español está adoptando medidas para equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad y el bienestar social. La digitalización y la aplicación de criterios de sostenibilidad en la gestión hotelera y de transportes se han convertido en factores clave de competitividad. El uso de inteligencia artificial en la autogestión de los viajes, la optimización energética en alojamientos y la apuesta por modelos de movilidad más sostenibles son tendencias en crecimiento que buscan mitigar los efectos negativos del turismo masivo.
Además, se está promoviendo la diversificación de la oferta turística para atraer a segmentos de mayor valor añadido. El turismo cultural y gastronómico ha ganado protagonismo, ofreciendo experiencias auténticas que enriquecen la propuesta española y distribuyen mejor los flujos turísticos por todo el territorio. Esta estrategia no solo busca aumentar el gasto por turista, sino también reducir la concentración en destinos tradicionales y fomentar el desarrollo de áreas menos conocidas.
El mercado emisor mexicano ha mostrado un crecimiento notable, superando por primera vez el millón de turistas en 2024 y alcanzando un gasto de 2.940 millones de euros, lo que representa un incremento del 44% respecto al año anterior. Este aumento refleja la diversificación de los mercados emisores y la capacidad de España para atraer a turistas de diferentes regiones del mundo.
Por otro lado, el turismo de negocios también presenta perspectivas positivas. Se estima que la inversión en viajes de empresa en España podría alcanzar los 15.600 millones de euros en 2025, un 25% más respecto a 2018. Este crecimiento se acompaña de una mayor inversión en el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences, and Exhibitions), cuyo peso podría pasar del 20% al 25-30% en el conjunto de los viajes de empresa españoles.
A nivel global, el sector turístico continúa su recuperación tras la pandemia. Se espera que en 2024 la contribución del turismo al PIB mundial alcance los 11.100 millones de dólares, un aumento del 7,5% respecto a los niveles máximos de 2019. Este crecimiento se traduce en la creación de millones de empleos y en una mayor inversión en infraestructuras y servicios turísticos en todo el mundo.