El alcalde de Fatih, Mehmet Ergün Turan, destacó la profunda conexión del distrito con el Ramadán: "A lo largo de la historia, el Ramadán siempre se ha observado de una manera especial en Fatih. Visitantes de toda Turquía y más allá vienen a ver nuestras mezquitas y salas de oración. Estamos realizando nuestros preparativos en consecuencia. El municipio de Fatih se asegura de que las 360 mezquitas del distrito reciban una limpieza especial antes del Ramadán".
Esta dedicación a la limpieza y preparación de las mezquitas no se limita a Estambul. En Bursa, la Gran Mezquita, conocida por su arquitectura otomana y su relevancia histórica, también ha sido objeto de labores de limpieza y mantenimiento. En Şanlıurfa, una ciudad con profundas raíces religiosas, las autoridades locales han intensificado los esfuerzos para limpiar y desinfectar las mezquitas, asegurando que los fieles puedan realizar sus oraciones en un ambiente puro y seguro.
El Ramadán es un periodo en el que los musulmanes de todo el mundo ayunan desde el amanecer hasta el atardecer, dedicándose a la oración, la reflexión y la comunidad. En Turquía, este mes sagrado se celebra con una serie de tradiciones que enriquecen la experiencia espiritual. Una de ellas es el "Mahya", una forma especial de arte turco que consiste en colgar pancartas luminosas con mensajes entre los minaretes de las mezquitas que tienen más de uno. Estos mensajes suelen dar la bienvenida al Ramadán o transmitir enseñanzas islámicas, iluminando las noches y creando un ambiente festivo y reflexivo.
Además de la limpieza de las mezquitas, las ciudades turcas se transforman durante el Ramadán. Los restaurantes, que permanecen tranquilos durante el día debido al ayuno, cobran vida al anochecer. Muchos establecimientos ofrecen menús especiales de iftar, la comida con la que se rompe el ayuno al atardecer. En los patios de las grandes mezquitas, como la del Sultán Ahmet en Estambul, se organizan ferias de libros donde las principales editoriales religiosas presentan sus últimas publicaciones, fomentando la lectura y el conocimiento durante este mes especial.
La solidaridad y la caridad también son pilares fundamentales del Ramadán en Turquía. Históricamente, durante el Imperio Otomano, los pachás y ministros del gobierno abrían las puertas de sus hogares para ofrecer iftar al público, permitiendo que los menos afortunados compartieran la comida. En la actualidad, esta tradición se mantiene viva con la instalación de tiendas en las plazas principales de las ciudades, donde se ofrecen comidas gratuitas al anochecer, reflejando el espíritu de comunidad y generosidad que caracteriza al Ramadán.
Las oraciones nocturnas, conocidas como Tarawih, son otro aspecto destacado del Ramadán. Estas oraciones adicionales se realizan después de la última oración del día y congregan a numerosos fieles en las mezquitas. La vigésimo séptima noche del mes, conocida como la Noche del Decreto, es especialmente significativa, y las mezquitas se llenan aún más, con personas que pasan la noche en vigilia y oración, buscando la bendición y el perdón divino.
La preparación de las mezquitas para el Ramadán no solo implica limpieza física, sino también una renovación espiritual. Las comunidades se unen en estos esfuerzos, reflejando la importancia de la pureza y la preparación tanto del cuerpo como del alma para este mes sagrado. Estas acciones colectivas fortalecen los lazos comunitarios y realzan el significado del Ramadán como un tiempo de reflexión, renovación y unidad.