Durante su intervención de apertura, Ahmed Al‑Khateeb, ministro de Turismo de Arabia Saudita y presidente del cónclave TOURISE, señaló que el sector turístico se encuentra en un momento «crucial», en el que las expectativas de los viajeros han evolucionado hacia experiencias más auténticas, conectadas y responsables. Al-Khateeb destacó que el nuevo volumen de inversiones permitirá ir más allá de la recuperación post-pandemia, con el objetivo de establecer un nuevo paradigma para la industria turística global. En su opinión, “no se trata únicamente de atraer visitantes, sino de diseñar destinos inteligentes, inclusivos y competitivos para las próximas décadas”.
La cita en Riad congregó a líderes de gobiernos, inversores, operadores turísticos, ejecutivos de tecnología y representantes del sector académico, lo que facilitó la firma de acuerdos y memorandos de entendimiento. Ello refuerza el enfoque multilateral y multidisciplinar que caracteriza el programa TOURISE, centrado en transformar la cadena de valor de los viajes desde su concepción hasta su ejecución. Como informan medios internacionales, este tipo de encuentros están generando flujos de capital por más de 113 mil millones de dólares en todo el ecosistema turístico global.
Por su parte, el Ministerio de Turismo saudí enfatizó que esta inversión está alineada con la visión estratégica nacional de diversificación económica, conocida como Vision 2030, que aspira a reducir la dependencia del país del petróleo y a colocar al turismo como motor de desarrollo, innovación y empleo. En concreto, los fondos se destinarán a expandir la capacidad hotelera, modernizar destinos emergentes, potenciar el turismo de lujo, cultural y de naturaleza, así como adoptar inteligencia artificial, movilidad avanzada y servicios personalizados para los visitantes.
Un rasgo distintivo de este anuncio es su clara orientación hacia la sostenibilidad y el impacto social. En sus declaraciones, Al-Khateeb puntualizó que «el crecimiento del turismo no puede ser incompatible con la protección del medio ambiente, la valoración de las comunidades locales ni la preservación del patrimonio cultural». En este sentido, parte de las inversiones apoyarán iniciativas de economía circular, conservación de ecosistemas y desarrollo de talento local, claves para consolidar destinos resilientes y responsables.
Asimismo, el contexto internacional no ha sido olvidado: la estrategia saudí contempla la intensificación de la promoción a mercados emisores clave —como India, China y los países europeos— así como el fortalecimiento de conectividad aérea y alianzas globales. Con ello, Arabia Saudita busca no únicamente recibir visitantes, sino posicionarse como plataforma de convergencia de turismo, ocio, cultura, negocios e innovación.
Expertos del sector señalan que el momento es oportuno: la industria del turismo a nivel mundial avanza hacia una nueva era marcada por la digitalización, la sostenibilidad, los viajes experienciales y una competencia entre destinos mucho más dinámica. En este escenario, el compromiso saudí puede convertir al país en un referente de transformación, aunque también enfrenta retos: asegurar la calidad y autenticidad de la oferta, manejar el crecimiento con equilibrio, atender a la formación de mano de obra especializada y garantizar que la infraestructura se implemente con agilidad.
En definitiva, la inyección de 2.900 millones de riyales saudíes anunciada en el TOURISE 2025 representa un claro mensaje de Arabia Saudita hacia el mundo: el turismo es parte esencial de su estrategia de futuro. El desafío ahora consiste en convertir esos recursos en resultados concretos: nuevos destinos, experiencias memorables para los visitantes, desarrollo local sostenible y un valor compartido para la economía y la sociedad saudí. Si estos objetivos se cumplen, el Reino podría emerger como un competidor destacado en la escena global del turismo, capaz de redefinir los códigos del viaje contemporáneo.