Para encarar esta recuperación, el ejecutivo del país ha publicado una lista preliminar de necesidades nacionales e instalado una plataforma digital para recibir donaciones. Además de la aportación financiera, el Gobierno invita a que Jamaica vuelva a incorporarse activamente en los planes de viaje tan pronto como las condiciones lo permitan.
El esfuerzo de reconstrucción además adquiere una dimensión estratégica: se trata de preservar la continuidad de un destino que, antes del desastre, se había consolidado como una de las grandes referencias del Caribe. El restablecimiento de los servicios básicos, de la conectividad y de la movilidad dentro del país es visto como el primer paso para garantizar que la recuperación del turismo no solo sea rápida, sino también sostenible y resiliente frente a futuros fenómenos climáticos.
Entre los retos inmediatos figura la reparación de carreteras dañadas o bloqueadas, el restablecimiento de la electricidad en zonas remotas y la reconexión de redes de comunicación que fueron severamente afectadas. Junto a estos objetivos, las autoridades han de coordinar con el sector privado —hotelería, transporte, agencias de viajes— para garantizar que la reapertura se realice de forma organizada y segura para los visitantes.
La llamada que lanza Jamaica es doble: por un lado, solicitar solidaridad internacional y cooperación para afrontar los efectos del huracán; por otro, enviar un mensaje de confianza al sector turístico global: “Estamos trabajando para volver a estar listos”. Este mensaje se enmarca en una apuesta por la reconstrucción rápida y la revitalización del destino con un enfoque renovado, donde la seguridad, la resiliencia y el bienestar del visitante se conviertan en pilares centrales.
El país tiene frente a sí la oportunidad de convertir esta adversidad en un impulso hacia una oferta turística más robusta, mejor preparada y responsable. Las inversiones que se realicen ahora en infraestructura, servicios y sostenibilidad no solo permitirán recuperar lo perdido, sino también construir una base más sólida que prepare a Jamaica frente a eventos similares en el futuro.
Mientras tanto, los turistas actualmente alojados en el país reciben asistencia y opciones de traslado o repatriación, y los operadores turísticos activan protocolos para adaptarse a la situación emergente. La completa restauración del tejido turístico y económico dependerá, sin duda, de la eficacia del plan de recuperación, de la coordinación interinstitucional y de la participación de los actores locales, nacionales e internacionales.
La apertura del aeropuerto de Kingston, la reapertura progresiva de Montego Bay y la puesta en marcha de puertos de socorro reflejan que Jamaica ha comenzado a transitar hacia la etapa de reconstrucción. El mensaje es claro: la isla está comprometida con su recuperación, y cuando vuelva a abrirse plenamente al turismo, lo hará con una oferta renovada, con la mirada puesta en el futuro y con el respaldo de todos aquellos que desean seguir disfrutando de su belleza, su historia y su hospitalidad.