El lema escogido para las seis áreas temáticas del evento es ‘Reimaginar los viajes en un mundo cambiante’, una invitación clara a replantear el turismo desde la innovación, la sostenibilidad y la tecnología. La cumbre ministerial de turismo, organizada de forma conjunta con la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el World Travel & Tourism Council (WTTC), pone el foco en la inversión futura del sector y en la integración de soluciones digitales, inteligencia artificial y modelos de negocio que respondan al ritmo acelerado de los cambios globales.
Este año, la dirección de la feria estrena nuevo mando al frente con Chris Carter‑Chapman, quien asume las riendas tras la marcha de Juliette Losardo. Su presencia representa una apuesta por la continuidad en el liderazgo del evento y por la implementación de nuevos enfoques estratégicos para fortalecer la conexión entre expositores, visitantes y decisores internacionales.
En lo que respecta a la participación española, el país vuelve a contar con una representación destacada. Entre las comunidades presentes, destacan Andalucía con un estand de más de 580 m² en el que participan 59 empresas e instituciones, así como la Costa del Sol, que proyectará un vídeo promocional en 3D sobre la concurrida Oxford Street de Londres con impacto estimado de casi 3,9 millones de visualizaciones.
Igualmente, el archipiélago balear apuesta por propuestas culturales muy visibles: el Consell de Mallorca llevará un correfoc con la Federació de Dimonis, Diables i Bèsties de Foc de Baleares y la exposición “Dins i més enllà del marc”, situando así la oferta balear en uno de los escaparates más relevantes del turismo mundial.
Desde una perspectiva estratégica, esta mayor edición de la WTM evidencia que el sector turístico está en una fase expansiva y de reinvención: el aumento en la superficie de exposición, el alza prevista de expositores y la incorporación de tecnologías indican que los actores turísticos están apostando por renovar su presencia, reforzar sus alianzas internacionales y lanzar nuevos productos más sofisticados. Para los destinos y empresas, esto representa una plataforma decisiva para captar inversión, generar visibilidad global y posicionarse ante un consumidor más exigente, digitalizado y con conciencia de sostenibilidad.
Por otro lado, la feria no solo sirve para la promoción y comercialización de destinos, sino también para abordar los retos del sector: la transición hacia un turismo más responsable, la transformación digital y la adaptación a crisis emergentes (ya sean sanitarias, climáticas o geopolíticas). En ese sentido, el mensaje central del certamen —“reimaginar los viajes en un mundo cambiante”— invita a todos los actores a plantear estrategias audaces, colaboraciones nuevas y modelos de negocio resilientes.
Para los profesionales del sector y los medios presentes, la WTM de Londres se convierte esta semana en mucho más que una feria: es un laboratorio de tendencias, un mercado global de turismo y un escenario en el que se definen los próximos pasos de una industria que quiere crecer de forma sostenible e inteligente. La arquitectura de la edición —más espacio, más expositores, más tecnología— no es solo un reflejo del momento actual del turismo, sino una señal de que el futuro del sector pasa por la capacidad de reinventarse, de adaptarse y de conectar con los públicos de todo el mundo de una manera distinta.