Pero este reconocimiento no ha llegado en solitario. Asimismo, Portugal obtuvo del mismo evento el título de “Mejor Destino de Europa 2025”, reforzando su reputación internacional y su capacidad para atraer y satisfacer todo tipo de viajeros. Desde el norte al sur del país, se entregaron más de 30 galardones, reflejo de la fuerza de una estrategia turística cohesionada, de la diversificación de la oferta y del compromiso activo hacia la calidad y la innovación.
En declaraciones recogidas por los medios, Turismo de Portugal —representado por su presidente Carlos Abade— señaló que este logro “es la consolidación de una posición destacada que el país viene construyendo de forma sostenida, y nos sirve de incentivo para seguir cualificando constantemente nuestros destinos y nuestra oferta e innovar”. Estas palabras resumen una visión estratégica que conjuga excelencia, proactividad y coherencia con las tendencias globales del turismo.
La distinción de Lisboa como mejor escapada urbana europea tiene implicaciones claras. Significa que la ciudad ha conseguido responder no sólo a la demanda de turismo cultural o histórico, sino también al deseo contemporáneo de experiencias efímeras pero memorables. Aquellos viajeros que disponen de un fin de semana disponen de un destino ágil, accesible y rico en sensaciones: paseos al atardecer por el barrio de Belém, contemplar la luz sobre el río Tajo, descubrir la vibrante escena gastronómica y de cafés, relajarse frente al Atlántico en la vecina costa de Cascais, todo ello sin necesidad de largos desplazamientos.
Otro factor que contribuye al éxito de Lisboa es su capacidad para combinar lo tradicional con lo contemporáneo. Las antiguas calles empedradas conviven con arte urbano, azulejos centenarios con cafés de diseño, miradores legendarios con espacios de coworking frente al mar. Esta dualidad resulta atractiva para viajeros de distintos perfiles: tanto para quienes buscan descanso y cultura como para quienes desean urban lifestyle y creatividad. Por ello, la ciudad se posiciona como una escapada ideal para parejas, amigos, city-breaks urbanos e incluso jóvenes profesionales en busca de inspiración.
Para el sector turístico, la reafirmación de Lisboa en este ámbito es una llamada de atención: competir por el segmento de escapadas urbanas exige más que infraestructura, requiere autenticidad, innovación, experiencia de alta calidad y una narrativa coherente que conecte con la emoción del viajero. Los hoteles, restaurantes, operadores locales y la propia administración de turismo deben estar alineados con esta filosofía de constante superación. El galardón de los World Travel Awards representa así el fruto de un trabajo conjunto, de una apuesta por excelencia y de una visión a largo plazo.
Sin duda, este reconocimiento es también una oportunidad de marketing para Lisboa y Portugal. Aparece en listados de prestigio, frente a audiencias globales, lo que fortalece la marca-destino y posiciona al país entre los primeros en la mente del turista internacional. En un contexto de gran competencia entre destinos europeos para atraer a viajeros con poco tiempo o en escapadas espontáneas, destacar por sexta vez es un aval que puede traducirse en mayor visibilidad, mayor flujo de visitantes y, potencialmente, mayor gasto turístico.
Es importante subrayar que este éxito no debe considerarse un punto de llegada, sino un punto de partida. El contexto turístico evoluciona rápidamente: las expectativas de los viajeros cambian, los factores de decisión se diversifican (desde la sostenibilidad hasta la personalización de la experiencia) y la competencia se renueva constantemente. Lisboa, al obtener este reconocimiento, reafirma que está preparada, que ha sabido adaptarse y que está lista para mantener su protagonismo. Sin embargo, el reto está en conservar el ritmo, capitalizar esta ventaja y seguir ofreciendo ese ‘algo extra’ que hace de una escapada urbana no sólo un viaje más, sino una vivencia memorable.